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Memoria y Homenaje

2006: Colectivo de abogadas acompañan la resistencia en el Catatumbo

En el año 2006, empezamos a acompañar a un colectivo de abogados de Bucaramanga, el Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez (CCALCP), conformado tres años antes. CCALCP está formada por un grupo de mujeres abogadas que asesoran jurídicamente a víctimas de graves violaciones de derechos humanos, además de acompañar procesos de defensa del medio ambiente y del territorio, así como procesos basados en la implementación del Acuerdo de Paz, todo ello principalmente en las regiones del Magdalena Medio y el Catatumbo (Norte de Santander).

2004: La dificultad de ser Mujer Defensora de Derechos Humanos

En un contexto de alta tensión y fuertes señalamientos a personas defensoras de derechos humanos[1], Soraya Gutiérrez, abogada del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (CAJAR)[2], recibió numerosas amenazas y ataques, un día recibió en su casa un paquete con muñecas ensangrentadas y amenazas de muertes hacía ella y su hija. En este historia, Soraya nos cuenta lo difícil que es de ser defensora de derechos humanos, nos explica las estrategias de miedo que sufren atacando a su condición de mujer, de madre

2000: Recordamos a Ángel Quintero y Claudia Monsalve

Unas de las historias que permanece en la historia, una cicatriz que sigue abierta, son las desapariciones forzadas de Ángel Quintero y Claudia Monsalve quienes eran miembros de la seccional Medellin de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos - ASFADDES, quienes buscaban a sus seres queridos. El 6 de octubre 2000, una camioneta les interceptó y se los llevaron. Hasta hoy en día no se sabe dónde están[1].

Cantar resistencia

Esta canción hermosa fue creada y grabada en la Zona Humanitaria de Camelias en el territorio colectivo de Curbaradó (Chocó), durante el evento regional conmemorando los 25 años de PBI en Colombia. La escritura y realización de esta canción ha sido el fruto de un ejercicio colectivo de miembros de diversas comunidades y procesos acompañado por PBI en Urabá y Sucre; quienes llegaron con sus propias experiencias, lágrimas y esperanzas, unificadas por un amor por la vida y por su tierra, y una capacidad de “organizarse para poderla defender” porque “vivir sin tierra es vivir sin vida”

2000: El retorno a Cacarica

En sus años más duros de conflicto armado, Colombia también tenía movimientos de resistencias y esperanzas. Después de más de tres años de vivir desplazadas en diferentes lugar, como fue el coliseo de Turbo, las comunidades del Cacarica se organizaron para retornar solicitando garantías al Estado[1]. PBI acompañó ese retorno, y marcó nuestra historia en el país[2]. Se creó la Zona Humanitaria Nueva Esperanza, la primera del país, en un punto que se llama El Limón.