Me mataron a un hijo de 14 años, en 2004.
No sé quién lo mató, solo encontramos el cuerpo con disparos, pero no sabemos quién le disparó. Y, gracias a Dios, que lo encontramos y lo pudimos enterrar.Nos da miedo que esto le ocurra a nuestros otros hijos también.
Cuando hay una conmemoración como esta, nos da mayor tristeza porque vemos su foto junto a la de los demás, tantos jóvenes desaparecidos, muertos, sin saber el por qué les hicieron eso.
Alfredo Arboleda, Valle del Cauca