En sus más de 25 años como defensora de derechos humanos y periodista, Claudia Julieta Duque ha reportado crímenes cometidos durante el conflicto armado que, sin sus investigaciones periodísticas, habrían quedado en el olvido. Como parte de su trabajo ha publicado sobre desapariciones forzadas, reclutamiento de niños y niñas por parte de actores armados legales e ilegales, la infiltración de grupos paramilitares en entidades gubernamentales y el impacto de la impunidad sobre las víctimas. Sus investigaciones sobre el asesinato del famoso humorista Jaime Garzón destaparon la persecución por agentes de inteligencia estatales del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) hacia personas defensoras de derechos humanos, de las cuales Duque misma ha sido víctima.
Creo que Brigadas de Paz cumple una función fundamental para salvar la vida de quienes no creemos en las armas, de quienes hacemos una labor que no es bien vista en este país. Es una garantía de vida cotidiana, yo me siento muy segura cuando estoy con Brigadas, son como unos ángeles de la guarda para mí. Realmente siento que el acompañamiento cotidiano a mí me permite seguir ejerciendo mi labor de la manera como la hago, me siento mucho más tranquila.
Claudia Julieta Duque
Una vida de periodismo por los derechos humanos
Claudia Julieta Duque lleva más de 25 años trabajando como periodista y defensora de derechos humanos. Empezó su carrera en medios audiovisuales reconocidos en el país, como la Agencia Colombiana de Noticias Colprensa y Caracol Radio. Trabajó en la defensa de los derechos humanos en entidades como la Consejería Presidencial de Derechos Humanos y en la Dirección de Asuntos Indígenas del gobierno de Colombia. Fue investigadora del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Cajar) y actualmente es corresponsal en Colombia de Radio Nizkor, la emisora radial por Internet con enfoque de derechos humanos1. Entre los temas de su trabajo de investigación y periodismo están la desaparición forzada, el reclutamiento de niños y niñas por parte de grupos armados, el impacto de la impunidad y el derecho a la justicia, así como la infiltración de grupos paramilitares dentro de entidades gubernamentales. Ha investigado el asesinato en 1999 del reconocido periodista y humorista colombiano, Jaime Garzón, y la participación en este crimen de la entonces entidad de inteligencia, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). Mas recientemente, Claudia Julieta Duque ha venido trabajando en la investigación de la corrupción en relación con los derechos humanos. “Estoy tratando de hacerle comprender a la opinión pública, el vínculo que existe entre las violaciones de los derechos humanos, los carteles de la droga, las mafias, y la contratación estatal”, explica Duque. Con sus denuncias periodísticas al respecto, su propósito es “destapar como las empresas criminales relacionadas, entre otras, con el narcotráfico, se toman las instituciones”2. Duque usa sus redes sociales, ante todo Twitter, para difundir hechos relacionados con violaciones de los derechos humanos. Dice estar motivada por querer “romper el silencio y el encubrimiento de hechos que, por el miedo y censura, permanecen ocultas”. Para la periodista, gracias al surgimiento de los medios sociales alternativos, “hay una nueva esperanza en materia informativa, con noticias sobre temas que normalmente no se publican en los medios de comunicación tradicionales”3. Además, Claudia Julieta Duque es facilitadora de capacitaciones en temas de seguridad y protección para periodistas y defensoras de derechos humanos en América Latina. Para la International Women’s Media Foundation (IWMF), de Washington, Duque coordinó hasta septiembre del 2020 el programa de Colombia y Guatemala, centrado en promover el periodismo investigativo. Este programa promueve la participación activa de periodistas investigadoras mujeres. Desde agosto de 2020, trabaja en un nuevo proyecto de la organización Internews. El objetivo de esta misma es mejorar el flujo y contenido de la información que llega a las comunidades. En este sentido está trabajando sobre el tema del Covid-19 en relación con Migración y la comunidad LGBTI, con el enfoque en el departamento Nariño.
Periodismo, labor de alto riesgo en Colombia
El periodismo es una labor peligrosa en Colombia. Si bien Claudia Julieta Duque ha estado cobijada por medidas de protección en el marco del Programa de Protección del Ministerio del Interior, y otros mecanismos de protección instaurados en años posteriores4, la periodista sigue teniendo un nivel de riesgo considerable. Duque asocia estos riesgos con su trabajo investigativo sobre afectaciones de derechos que involucran a actores del Estado y empresas privadas5. En su trabajo para promover una prensa libre y bien informada en el país, Claudia Julieta Duque dice estar preocupada por la situación de los medios locales, que son claves para destapar violaciones de derechos humanos en las regiones: “Durante el conflicto se silenciaron muchos medios en lo local, y todavía hay zonas de donde no sale información. Algunas regiones siguen bajo ataque, con matanzas a periodistas, que hacen que en estas zonas aún no se ha desarrollado el periodismo”6. De acuerdo con la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) en un informe de 2019, a un año del lanzamiento del Plan de Acción Oportuna de Prevención y Protección para los y las Defensores de Derechos Humanos, Líderes Sociales y Periodistas (PAO) por el gobierno del presidente Iván Duque en 2018, en varios de los departamentos priorizados por este plan la situación no ha mejorado. Estos departamentos “continúan siendo centros de ataque a la prensa y hay otros no priorizados que también han sido críticos para el gremio”, según la organización7. Claudia Julieta Duque participa en la “Liga contra el silencio”, una coalición promovida desde la FLIP, que apoya los esfuerzos de volver a escuchar las voces de periodistas regionales. En este marco, Duque participa en la organización de ruedas de la información y capacitaciones locales de periodistas y comunicadores en municipios alejados de la ciudad capital de Colombia, Bogotá. Lejos de mejorar, según la FLIP, “el ambiente de violencia y las agresiones contra los periodistas han aumentado significativamente después de la firma del Acuerdo de Paz”8. A noviembre de 2019, la organización había documentado 515 ataques contra periodistas en el país y dos asesinatos de comunicadores9.
Censura y judicializaciones de periodistas
Otra preocupación relacionada con el ejercicio de su trabajo es lo que Duque llama “un nuevo cerco estatal contra la libertad de prensa, que actualmente se está viendo muy fuerte.” Esto se manifiesta en barreras que se les están poniendo a la labor investigativa de las y los periodistas, entre otros, “con jueces de la República que están censurando publicaciones, y universidades que censuran hasta murales de estudiantes, sancionándolos por informar”10. Según la FLIP, en el 2019 se registraron 66 casos que afectaron a 75 periodistas, de “acoso judicial”, es decir, procesos judiciales que se inician contra periodistas o contra medios de comunicación “con el objetivo de intimidarlos, silenciarlos o lograr que bajen material periodístico de internet”11. De acuerdo con la periodista, “yo misma siento esta ampliación de los mecanismos de censura contra el periodismo y la libre expresión”. Dice tener miedo de volverse víctima de una judicialización también.
Tortura psicológica por agentes del DAS
Claudia Julieta Duque no solo publica sobre graves violaciones de derechos humanos como periodista: como víctima ha vivido los impactos de estas violaciones en carne propia. Duque viene adelantado una lucha de más de quince años buscando justicia en el caso de la persecución que ella sufrió a manos de agentes del entonces servicio nacional de inteligencia, el DAS12. La periodista fue objeto de seguimientos, secuestro, ataques, y amenazas contra ella y su hija, orquestados desde el DAS, como fue luego evidenciado en los procesos judiciales13. Estos crímenes empezaron en el año 2001, después de que Duque publicara los resultados de su investigación sobre el asesinato en 1999 del humorista político Jaime Garzón. La periodista destapó cómo agentes del DAS habían participado en un encubrimiento de los hechos, con el fin de desviar la investigación de la Fiscalía General de la Nación sobre el asesinato de Garzón. Los entonces directivos de esa entidad estaban directamente implicados en el crimen. El gobierno le ofreció servicios de seguridad a Claudia Julieta Duque, en una movida siniestra en que, como se descubrió después, los guardaespaldas asignados para su protección en realidad la estaban espiando, para pasar detalles sobre sus desplazamientos y actividades al DAS. De tal gravedad fueron los amenazas y ataques en cabeza de esta entidad, que la periodista se vio obligada a exiliarse del país con su hija menor, en el 2001 y luego en el 2004. Claudia Julieta Duque tuvo que recorrer un largo camino para lograr el esclarecimiento de los crímenes y el castigo de los responsables. La denuncia de los hechos ocurridos entre 2001 y 2004 finalmente dieron lugar a la apertura de una investigación en 2011. En varias decisiones a partir del 2012, la justicia colombiana sentenció a varios ex funcionarios del DAS por el delito de la tortura psicológica de la periodista, su hija, y otros miembros de su familia14. Se trata del primer caso en el mundo en el que la justicia penal sancionó por el delito de tortura psicológica a integrantes de un organismo de inteligencia adscrito a la Presidencia de la República de un país15. Esto lo convierte en un caso paradigmático de uso de técnicas de contrainteligencia para el control político y social, y según organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales, es ilustrativo del modus operandi ejecutado en el gobierno de Uribe contra defensores de derechos humanos, periodistas y opositores políticos. En agosto de 2020, en una sentencia histórica para Colombia, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca condenó a la Nación/ Fiduciaria La Previsora como sucesora del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), a la Fiscalía General de la Nación y al Ministerio del Interior a indemnizar con 3 mil salarios mínimos mensuales y acciones de reparación simbólicas a Claudia Julieta Duque y a su familia por las amenazas, secuestro y tortura psicológica sistemática de la que fue víctima a manos del extinto DAS desde el 23 de julio de 2001 hasta abril de 2010; así como por la falta de protección gubernamental y demoras en las pesquisas judiciales. El fallo ocurre después de que la periodista interpusiera en 2012 una demanda por las acciones ilegales ejercidas en su contra por su labor periodística y de investigación del crimen del humorista Jaime Garzón; y contiene serie de medidas de satisfacción, no repetición y reparación simbólica. Esta sentencia representa un adelanto para la libertad de prensa en Colombia como lo expresó la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP)16. La situación jurídica para Claudia Julieta no termina aquí, ya que en la actualidad están vigentes dos procesos paralelos en donde cinco exfuncionarios del DAS se encuentran en juicio ante tribunales de la justicia ordinaria, por el delito de tortura psicológica a Duque. La justicia colombiana comprobó la responsabilidad del exsubdirector del DAS, José Miguel Narváez, como el cerebro del llamado grupo G-3 que persiguió e intimidó a periodistas, sindicalistas, activistas de derechos humanos y opositores en el país. Narváez fue condenado en el 2017 por ser el determinador del homicidio de Jaime Garzón, a 30 años de cárcel, pena que fue reducida después a 26 años17. En agosto de 2019, Narváez presentó la solicitud de trasladar su caso a la JEP, para que se revise la condena en su contra por el crimen de Jaime Garzón por ser un caso cometido en el marco del conflicto armado, como sustenta su defensa. De ser aceptada su petición, otros casos que involucran a Narváez como el de Claudia Julieta Duque, pasarían también a la JEP18. La más reciente novedad en el caso penal se remonta al 6 de julio del 2020, cuando la jueza Nidia Angélica Carrero Torres, quien llevaba el proceso en contra de José Miguel Narváez, exsubdirector del DAS, y William Alberto Merchán, exdetective de Contrainteligencia del mismo organismo, ambos acusados de tortura psíquica agravada, remitió el caso a la Jurisdicción Especial para la Paz19. Esta decisión fue tomada a partir de las solicitudes de acogimiento que hicieron los dos exfuncionarios y debido a que, según la jueza, las labores del extinto DAS de persecución a periodistas, opositores políticos, líderes sociales y organizaciones de derechos humanos desde el grupo “G3″ estarían relacionadas con el conflicto armado. Eso tiene como consecuencia que el juicio en la justicia ordinaria queda suspendido hasta que la JEP decida si es admisible en su jurisdicción o no. Esta resolución ha sido totalmente rechazada por el Equipo Nizkor20 y la periodista, la cual afirma que considerar como parte del conflicto armado interno de Colombia los hechos que la involucran es una “aberración jurídica”, además de dejar “maniatadas a las víctimas”, ya que no se puede interponer algún recurso. https://pbicolombiablog.org/2019/12/19/2009-las-chuzadas-del-das/
Renuncia a los procedimientos jurídicos
Por inconformidad con los desarrollos de su caso ante la justicia colombiana, a finales de 2019 Claudia Julieta Duque tomó la decisión de apartarse de los procedimientos jurídicos. Después de quince años de lucha por su caso, anunció que no asistirá más a los procesos en contra de sus victimarios21. Además, ha manifestado que no está de acuerdo con el traslado del caso del condenado exsubdirector del DAS José Miguel Narváez a la JEP. Duque considera que la entidad de justicia transicional, por querer llegar a un punto final en nombre de la paz, favorecerá la impunidad en este caso de crímenes del Estado en su contra22. La periodista denunció que ha sido revictimizada y que se cansó de “perseguir una justicia que no va a llegar”. Duque señaló que “a pesar de tantos años de lucha, el proceso ha caído en un estancamiento absoluto en el cual los victimarios están teniendo todo el poder para paralizar los casos y lograr su libertad”23. Entre los factores que la hicieron tomar esa decisión, está la orden de la jueza del Tribunal Superior de Bogotá, que en julio de 2019 concedió una petición de la defensa del exdirector del DAS, Emiro Rojas, y ordenó que Claudia Julieta Duque no opine públicamente sobre el caso ni informe sobre el mismo, esto, para “proteger la integridad de los procesados del ex DAS”24. Según la periodista (quien anunció que no iba a obedecer la orden) y según organizaciones como la FLIP, esta decisión equivale a censura. En octubre del mismo año fue rechazada una tutela presentada por la defensa de Duque, pidiendo que se revoque la orden de no opinar sobre su caso25. De acuerdo con Duque, estos últimos hechos son una muestra más de la existencia de “una estrategia para garantizar la impunidad de los crímenes cometidos en mi contra”. Sin embargo, la periodista agrega: “a pesar de haber tomado la decisión de apartarme de los procedimientos judiciales, no he dejado mi derecho a la justicia”26. https://pbicolombiablog.org/2019/08/16/la-libertad-de-expresion-es-una-utopia-a-la-que-yo-aspiro-claudia-julieta-duque/
Hidroituango: vulneraciones de los derechos humanos por una empresa
Claudia Julieta Duque ha investigado y publicado sobre casos de violaciones de los derechos humanos que involucran a empresas privadas. En los últimos años, ha enfocado este trabajo en la compañía Empresas Públicas de Medellín (EPM) y las supuestas malversaciones de la misma alrededor de la controvertida central hidroeléctrica Hidroituango, en el departamento de Antioquia. Entre otros temas, publicó sobre el brote en los casos de la enfermedad Leishmaniasis en un municipio en las cercanías de la represa, en donde anteriormente no se registraba la presencia de esta enfermedad. La tala de árboles en el área de operaciones de la hidroeléctrica resultó en la llegada de mosquitos que difunden la Leismaniasis, afectando así gravemente el derecho a la salud de las poblaciones locales27. Duque también ha documentado y publicado en redes sociales sobre la grave crisis alrededor de la casa de máquinas de Hidroituango, por donde circulaba el agua del río Cauca para retomar su cauce. Debido al mal manejo desde EPM, esta estructura estuvo en gran riesgo de colapsar y con eso, hubiera podido generar un desastre social y de derechos humanos para las comunidades vecinas28. De acuerdo con la periodista, “mediante Twitter he podido salvar vidas frente a una eventual tragedia, destapando el fake news con que EPM intentó ocultar los hechos”29. Para sus reportajes sobre esta situación, que causó gran revuelo en la opinión publica en el 2019, varios medios establecidos citaron los hechos revelados por las investigaciones de Duque30. El colapso de la casa de máquinas no se dio, pero para evitarlo la empresa igual causó enormes daños ambientales, económicos y sociales. La Procuraduría abrió investigación disciplinaria contra miembros de la junta directiva y ejecutivos de EPM, y funcionarios de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA)31. La periodista señala que, en el momento, “sentí mucha presión para que dejara de publicar sobre el caso”32.
Detención ilegal y secuestro durante el Paro Nacional
Claudia Julieta Duque documentó y publicó sobre el caso de Carlo Giovanni Russi, un joven que, durante las manifestaciones del Paro Nacional en Bogotá, (ocurrido en noviembre - diciembre de 2019), quien luego de una detención irregular cerca de la Universidad Nacional, fue forzado a subirse a un carro particular por agentes de la Policía Nacional, entre miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), la Seccional de Investigación Judicial (SIJIN) y la Metropolitana de Bogotá (MEBOG), quienes se lo llevaron y lo agredieron33. El hecho fue calificado por Duque y en otros medios como un intento de desaparición forzada, pues durante 24 horas la Policía ocultó su identidad y paradero. Duque le siguió las pistas, publicando en tiempo real vía redes sociales sobre sus movimientos durante la búsqueda, hasta descubrir el lugar donde se encontró el joven, “gravemente torturado”, según reportó la periodista. “Me siento satisfecha de haber encontrado ese muchacho,” comenta Duque en entrevista con PBI, agregando que esto lo logró, entre otros, “gracias al apoyo que estuve obteniendo en Twitter”. Para esta defensora, el episodio demuestra la importancia del periodismo para sacar a la luz pública violaciones de los derechos humanos que se siguen cometiendo con mucha frecuencia en el país34.
Acciones inspiradas por el movimiento #MeToo
“En mi trabajo periodístico, poco me importa quién es quién, mujeres o hombres”, afirma Duque. “Pero como periodista y también mujer soy muy consciente de la necesidad de promover los derechos desde la perspectiva de género”35. Por esto, la periodista aporta con diferentes actividades a la igualdad y la inclusión de las mujeres. Además de coordinar anteriormente en Colombia el programa de periodismo investigativo de la International Women’s Media Foundation, en que participan en su mayoría profesionales mujeres, Duque hace parte de la Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género. Este es un grupo de cerca de veinte mujeres periodistas, quienes trabajan casos polémicos desde sus diferentes medios de comunicación36. “Cuando una de nosotras descubre un caso, las demás periodistas apoyamos, denunciamos y lo ponemos a la luz pública,” explica Duque. “Así, formamos un movimiento solidario en el país, que se ha creado a raíz del movimiento #MeToo contra la violencia sexual”37. Inspirada por este mismo movimiento internacional38, Duque fue la primera periodista en denunciar al ex fiscal Gómez Méndez por acoso sexual. El hecho ocurrió en el 2003, cuando ella estaba trabajando el caso del asesinato de Jaime Garzón39. La periodista publicó la denuncia en su cuenta de Twitter. “Creo que tenemos el deber de pronunciarnos,” afirma. “Hay que decir las cosas por su nombre, incluso el de los victimarios”40. https://pbicolombiablog.org/2017/12/04/mujeres-defensoras-audaces-valientes-e-intrepidas/
Amenazas y agresiones
Claudia Julieta Duque ha sido objeto de intimidación, acoso, amenazas, seguimientos, y vigilancia, y secuestro, a partir del 2001, cuando investigaba el asesinato del periodista y humorista Jaime Garzón. Estos incidentes de seguridad fueron perpetrados y facilitados por los mismos guardaespaldas que el gobierno colombiano le asignó, y quienes informaban al departamento de inteligencia (DAS) sobre sus actividades. En la medida en que avanzaba el caso jurídico para esclarecer y castigar los hechos, Duque ha sido víctima de nuevos incidentes de seguridad. Especialmente desde mediados del 2019, el riesgo de la periodista ha incrementado debido a las audiencias abiertas contra el ex-subdirector del DAS, Emiro Rojas, y los miembros de esta entidad que participaron en los seguimientos e intercepción de las comunicaciones de Duque41. Otros casos que han subido su perfil están relacionados con las investigaciones relacionadas con EPM y la represa de Hidroituango, así como a su seguimiento al caso del joven que fue secuestrado por la Policía en la ciudad de Bogotá, durante el Paro Nacional a finales del 2019. Como hemos recopilado anteriormente42, la vida de Claudia ha estado plagada de incidentes de vigilancia, hostigamientos y amenazas, situación que no ha cambiado en los últimos meses. Incluso durante la cuarentena que se está cumpliendo en Colombia desde marzo de 2020, Claudia ha sufrido varios incidentes de seguridad preocupantes, entre ellos incidentes de vigilancia, de tipo informático43 y de interpretaciones a su teléfono44. En abril de 2020, además, la One Free Press Coalition List incluyó su nombre en la lista de los diez casos más urgentes de amenazas contra la libertad de expresión en el mundo, por la existencia de un plan criminal en su contra originado al interior de la Unidad Nacional de Protección (UNP), denunciado en marzo por la periodista a la Fiscalía General de la Nación. Además de eso, la periodista tuvo conocimiento de nuevas acciones de espionaje e inteligencia ilegal, desarrolladas entre febrero de 2018 y al menos julio de 2019 desde una compañía privada por órdenes de un alto funcionario del Estado45. Duque considera que en este momento la amenaza más grande es la judicialización. En un ambiente en donde las detenciones arbitrarias y casos judiciales abiertos para frenar la labor de periodistas va en aumento, Duque teme que el riesgo de encarcelamiento es real, después de haber presentado una recusación ante la jueza que ordenó su silencio sobre los implicados en su caso judicial contra el DAS, y el rechazo de dicha recusación por parte del Tribunal Supremo46. https://pbicolombiablog.org/2020/08/13/la-incansable-busqueda-de-justicia-de-claudia-julieta-duque/
Medidas de protección
En 2003 Claudia Julieta Duque fue incluida en el Programa de Protección a periodistas del Ministerio del Interior por la extrema gravedad de su situación de seguridad. Las medidas físicas de protección incluyen una puerta blindada y cámaras de vigilancia en su casa y un carro blindado. Debido a su trabajo y al perfil de los casos que lleva, los continuos ataques que ha sufrido le obligaron a salir exiliada de Colombia en tres ocasiones entre 2004 y 2008. En diciembre de 2009, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) otorgó medidas cautelares tanto para ella como para su hija, quien en su momento también fue blanco de las amenazas de muerte que recibió Duque por su periodismo investigativo en derechos humanos. El 17 de junio de 2020, tras casi dos años en trámite, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) remitió al Estado colombiano la demanda que Claudia y su hija presentaron por los ataques y persecución sufridos durante más de 15 años, haciendo entrar formalmente el caso en la etapa de admisibilidad47. Aunque consciente de que se trate de un proceso muy largo y complejo, en palabras de Claudia, “se abre finalmente una esperanza para que se haga justicia”48.
Premios y reconocimientos
Claudia Julieta Duque ha recibido varios premios y reconocimientos a su labor periodística y a favor de la libertad de prensa y de los derechos humanos. Entre otros, en el 2010 recibió el Premio Reporteros Sin Fronteras, sección Suecia, como un reconocimiento a su labor en contra de la injusticia y la censura en Colombia49, y el Premio al Coraje Periodístico de la International Women’s Foundation de Estados Unidos50. En ese mismo año, le fue otorgado una Mención especial del Premio Ilaria Alpi al periodismo televisivo sobre paz y solidaridad, en Italia51, y en julio de 2010, fue nombrada miembro honorífico del sindicato británico e irlandés de periodistas52. En el 2019, Claudia Julieta Duque fue finalista del Premio Nacional de Derechos Humanos por su labor de periodista y defensora de derechos humanos en la categoría “Toda una Vida”53.
Acompañamiento de PBI
Hemos acompañado a Claudia Julieta Duque como defensora independiente desde 2010, y a partir del 2004 cuando era miembro asociada al Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Cajar).
Contacto
Twitter: @julieduque1