Lilia Peña Silva es una mujer con la sonrisa fácil y los ojos amables que nos invita a su casa con buen humor y energía. Estamos en estos tiempos en los que ella se permite respirar más profundo después de un mes de mayo particularmente dañino. Lilia nos habla de su trabajo, de su vida de defensora de derechos humanos. Es una sobreviviente, fue víctima del conflicto armado colombiano en todas sus horrorosas dimensiones. Fue desplazada de San José del Guaviare por persecuciones y el asesinato de su esposo en 1998. La violencia del conflicto la siguió hasta Santander, cuando en 2002 fue asesinado su hermano después de hostigamientos continuos. Ella misma fue objeto de varias persecuciones a lo largo de su vida. Es una luchadora como se encuentran pocas. Por las injusticias que enfrentó, ella consagró su vida en apoyar a las víctimas del conflicto armado con toda esa energía y generosidad que la caracteriza. Con un equipo de 10 personas y seis organizaciones fundó la organización Asociación Regional de Víctimas de Crímenes del Estado del Magdalena Medio (ASORVIMM) en 2004.
PBI acompaña puntualmente a ASORVIMM[1], establecida en Barrancabermeja, que trabaja por las víctimas y también con organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles y populares. La organización forma parte del MOVICE, el movimiento nacional de víctimas de crímenes de estado. Se dedica al asesoramiento en asuntos jurídicos, da talleres sobre derechos de las víctimas, talleres psicosociales y trabaja para la reconstrucción de la memoria. Trabaja en el Norte de Antioquia, en todo del Magdalena Medio y en Guamocó.
La última persecución que sufrió la defensora fue un ataque violento intruso en su domicilio. Entraron en su casa 6 hombres encapuchados y armados supuestamente para un robo. Fue una experiencia traumática, en la cual los atacantes apuntaron armas en la cabeza de Lilia y también a su nieta de 9 años. Acosaron a su padre de 90 años. Hicieron entrar el terror en la casa familiar de la defensora. De este robo, sacaron computadora, teléfonos y llaves USB que son las herramientas de trabajo de Lilia y llevaron sustentos económicos, producto de su trabajo.[2]
Según miembros de Asorvimm, fueron capturados unas horas después un atracador y el chófer del taxi que llevó los hombres hasta el domicilio. Todo fue denunciado oficialmente a la Fiscalía. Más de un mes después de los hechos todavía hay pocas informaciones de lo que realmente pasó y por qué, ya que, según nos comparte la organización, no se comunicó nada por parte de la Fiscalía 8 de Barrancabermeja, y todavía quedarían por identificar al menos 6 de los perpetradores.
Lilia y su familia han quedado muy impactadas por está irrupción de violencia en su vida cotidiana. Están con la esperanza de hacer avanzar este proceso lo más pronto posible para poder volver a una vida normal, ya que ha tenido que suspender sus actividades como defensora por el momento, a la vez que se ha tenido que centrar en el cuidado de su padre.
Persecución de la labor en favor de la paz y la defensa de los derechos humanos
Este tipo de violencia como la que surgió al inicio de mayo, Lilia la conoce. La enfrentó antes y sigue enfrentándola a través de las víctimas que ella acompaña en Barrancabermeja, Monterrey y Santa Rosa del Sur. Su compromiso para lograr el respeto por los derechos de las victimas sigue alto. La incansable defensora nos habla de las comunidades que ella acompaña, y que siempre ha querido quedar al lado de ellas.
Estamos impresionadas por la firmeza de esta defensora que sigue protegiendo con un equipo de ASORVIMM a las víctimas del conflicto. Cuando le preguntamos de dónde saca su fuerza, ella contesta con una sonrisa tímida, que le viene de sus hijos e hijas. Nos explica que ser una mujer defendiendo a los derechos humanos es una dificultad más. Los ataques que ella recibe son por su labor pero recaen más en lo personal y familiar, “los hombres defensores andan más sueltos y se reubican más fácilmente si las amenazas son demasiadas fuertes”. Lilia nos dice que ella y sus colegas femeninas no pueden imaginar dejar el territorio porque están más integradas en los territorios. Verdaderas cabezas de hogar y al mismo tiempo que son defensoras, son víctimas de hostigamientos destinados a hacerlas renunciar a su labor.
El próximo paso
Mientras los acosos y persecuciones siguen, Lilia está mirando adelante. Cuando acabamos la entrevista, nos quedamos calladas – sin palabras por lo que ella tiene que vivir en su vida y desde este oscuro 9 de Mayo. Sin embargo el silencio de admiración prevalece. Y es que no todos los días nos encontramos con el coraje encarnado. Ella nos hace una semi-sonrisa tímida cuando le compartimos nuestra admiración. Es así que dice, “la berraquera aquí es costumbre”.
Cuando finalmente estamos al punto de salir, mientras las ganas de quedarnos más tiempo con esa mujer extraordinaria, vemos a su nieta de 4 años en la calle a frente de la casa, teniendo su primera experiencia en bicicleta. Nos quedamos todas ensoñadas, mirando a esa niña propulsándose para adelante por primera vez.
Agathe Chapelain, Maelys Orellana e Yvonne FurrerNotas de Pie [1] Página oficial de ASORVIMM: https://www.asorvimm.org ; PBI Colombia: ASORVIMM [2]Asorvimm: Grave amenaza contra Lilia Peña fundadora de ASORVIMM, 10 Mayo 2018; Prensa Rural: En Barrancabermeja hombres armados amenazaron y agredieron a Lilia Peña, defensora de derechos humanos,11 de Mayo 2018