Ya han pasado ocho meses desde mi llegada a Colombia y pienso que es el momento oportuno para reflexionar sobre el tiempo que llevo acá. Puedo decir que mi experiencia con Brigadas Internacionales de Paz ha sido la más intensa y enriquecedora que he vivido: un sinfín de aprendizajes, amistades, alegrías, penas, viajes, proyectos, retos y cambios.
Por más sorprendente que parezca para muchos colombianos, pasé mis primeros siete meses en la tierra caliente de Barrancabermeja. Puerto fluvial sobre el río Magdalena, Barrancabermeja cuenta con la sede de la refinería de petróleo más grande de Colombia. Símbolo de lucha social y sindical, fue epicentro durante varias décadas de los conflictos sociales del Magdalena Medio y del conflicto armado colombiano, por lo que se convirtió en receptora de muchas personas desplazadas de la violencia en la región.
[caption id="attachment_29" align="alignnone" width="474"] Foto: Sebastian Roetters[/caption]
Esa violencia vivió su momento más agudo entre finales de los años 90 y principios de los años 2000, con episodios de violencia por cuenta de grupos paramilitares, entre los cuales la tristemente famosa masacre ocurrida el 16 de mayo del 1998 por estos mismos. En ese contexto, la ciudad vio nacer varias organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y organizaciones sociales conformadas por víctimas, (entre las cuales varias reciben acompañamiento por parte de PBI), que siguen, hasta la fecha, muy activas en la región, trabajando temas de restitución de tierras, impunidad, reparación, crímenes de Estado, violaciones de derechos humanos en general.
Vivir en Barrancabermeja ha sido un reto interesante, por el calor permanente al cual no estaba acostumbrada y porque debo reconocer que me costó en un principio entender la identidad de la ciudad, puesto que todo parece girar alrededor de la industria petrolera, desde lo económico hasta lo cultural. Pero me encariñé con la gente y con la ciudad; tengo grandes recuerdos que conservaré para siempre.
Actualmente estoy apoyando al equipo de Bogotá, lo que me permite conocer otros procesos, (entre los cuales algunos emblemáticos en la historia de Colombia), y otras organizaciones, y disfrutar todo lo que puede ofrecer una capital a nivel cultural y social.
Delphine Taylor
Viene de una familia franco-británica. Nacida en los EEUU, Delphine creció en Bélgica donde desarrolló un fuerte interés por los viajes, la diversidad cultural y los derechos humanos. Esta pasión por conocer el mundo debe de ser una herencia de familia, puesto que tres de sus hermanos actualmente viven en África, mientras su otra hermana se encuentra en Luxemburgo. Sus experiencias en el extranjero y su compromiso asociativo la llevaron a elegir el camino de la Sociología y la Antropología, en particular cuestiones sobre alteridad en el subcontinente latinoamericano. Se animó en formar parte de la aventura PBI para poder vivir una experiencia única, práctica y formativa, acercarse a diferentes realidades, conocer personas defensoras de derechos humanos y sus luchas respectivas, y empaparse de una nueva cultura.