Estas son las historias de algunas personas que, si bien reflejan la heterogeneidad colombiana, están unidas, como pueblo diverso, en el dolor causado por los atropellos del conflicto armado, y en la esperanza de una paz verdadera y duradera.
Para Luis Alberto, “la música sirve para no olvidar nuestra cultura como afrodescendientes. Defendemos nuestros derechos a través de melodías tradicionales y letras que nos recuerdan a nuestros antepasados, luchadores del río”.
Urbano Ángulo Mina nació en La Concepción. Dice que ahí se mantiene muy sabroso. A un hermano se lo llevaron las garras de la guerra. Este hermano era un excelente músico. No hay duda de que esta pasión por la música es una herencia de familia. Urbano comparte sus canciones a ritmo de bombo y guitarra, y transmite su alegría y ternura a quien lo escucha.
[caption id="attachment_3738" align="alignnone" width="800"] Urbano Angulo Mina, músico de bombo y guitarra (La Concepción, Cuenca del río Naya)[/caption]Originaria de La Concepción, Carmen Ángulo es integrante de la agrupación de música tradicional del Pacífico, “Raíces del Naya”. Cantautora dotada de una voz poderosa, sus textos reflejan tanto la lucha como la vida cotidiana del pueblo del Naya.
[caption id="attachment_3742" align="alignnone" width="1200"] Carmen Angulo, cantaora de música tradicional del Pacífico (La Concepción, Cuenca del río Naya)[/caption]Delphine y Mario escribieron las historias de la bella locura después de un viaje al río Naya en junio de 2016. En este viaje conocieron mujeres y hombres indígenas, afrodescendientes y campesinos de distintas regiones de Colombia y pudieron presenciar la apertura de la primera sede de la Universidad de la Paz, una iniciativa que busca generar propuestas para la paz desde los territorios.