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Celebrando 35 años a favor de los derechos humanos

Celebrando 35 años a favor de los derechos humanos

El pasado 29 de Agosto, el Instituto Popular de Capacitación (IPC) celebró sus 35 años de labor a favor de la defensa de los derechos humanos, y de la construcción de una sociedad pacifica. Fue un momento importante para conmemorar esa difícil lucha en un contexto de conflicto armado y estigmatizaciones hacía los defensores y brindar un homenaje a aquellos y aquellas que han sufrido amenazas y persecuciones por su trabajo a favor de los derechos humanos. El IPC nació en el 1982, en la ciudad de Medellín y desde entonces realiza trabajos de investigaciones, capacitaciones y formaciones, acompañamiento a comunidades y movimientos sociales y políticos en el departamento de Antioquia (pero sobretodo en la ciudad de Medellín, el Urabá, Bajo Cauca y Oriente del departamento). Desde sus principios tuvo mucha cercanía con el movimiento social y el movimiento obrero, desarrollando actividades en las diferentes comunas de la ciudad. En aquella época, Medellín tenía barrios bajo influencia y control de los grupos insurgentes, por lo cual el IPC fue señalada de tener lazos con la guerrilla. A esto se añade el contexto de la ola de violencia perpetrada por el cartel de Medellín y las diferentes guerras urbanas, y la violencia socio-política. En los años 90, ese escenario se agrava con la aparición y el aumento del poder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). El 28 de enero del 1999, cuatro miembros del IPC fueron secuestrados por ese grupo que publicó un comunicado reivindicando el hecho el 2 de Febrero 1999.1 Frente a esta situación y otros actos de opresión hacia organizaciones de defensa de los derechos humanos en la ciudad, PBI Colombia, que por aquel entonces llevaba 5 años en el país, decidió abrir una oficina en Medellín. Acompañamos al IPC hasta el año 2010, compartiendo su cotidianidad, acompañando físicamente y políticamente su trabajo.   DSC02326 Hace unos tres años, el IPC decidió iniciar el proceso de reparación colectiva como se contempla en la Ley de Víctimas y Reparación de Tierras (ley 1448 de 2011), por lo que realizaron un trabajo de investigación y de reconstrucción de la memoria de la organización. El resultado de ese trabajo fue recopilado en un informe, presentado en la ceremonia: Resistiendo la violencia política, el caso del Instituto Popular de Capacitación. En un contexto de construcción de paz, el IPC destacó la importancia del trabajo de la memoria colectiva y de esclarecimiento de la verdad.

Cuando pienso en la violencia colombiana y en la creencia que algunos tienen, de que nuestra sociedad está condenada fatalmente a la violencia o a la intolerancia o a la corrupción, me digo que cuando en una sociedad hay hechos dolorosos y crueles que se repiten década tras década, más bien lo que hay es un error de diseño, una mala interpretación de lo que somos, algo que no acaba de ser descifrado que no permite que la sociedad fluya por cauces de solidaridad, de entendimiento y de prosperidad”.2

[caption id="attachment_9042" align="alignnone" width="2592"]Carlos Montoya y PBI Brigadistas Aurore Choquet y Nathalie Bienfait con Carlos Montoya de IPC[/caption] Hoy en día, el IPC sigue acompañando las comunidades, asociaciones campesinas y asociaciones de victimas, entre otros. En el Urabá apoyan a las comunidades que sufrieron la violencia paramilitar de los años 90 y hoy siguen reclamando sus tierras. Carlos Montoya, empezó a trabajar con el IPC hace 4 años, pero estuvo colaborando con ellos desde hace 8. Es comunicador social, periodista de la Universidad de Antioquia, apasionado por la política y el empoderamiento de los jóvenes y de la ciudadanía en su participación en los espacios políticos. Está ubicado en Apartadó, acompañando comunidades reclamantes de tierras, y me comenta que para él trabajar en el IPC “es un lujo”, “porque el IPC empezó sus servicios en el Urabá, y encuentras publicaciones en maquina de escribir, pero en aquella época los socios no firmaban sus publicaciones”, esto por miedo a persecuciones en un contexto de violencia política. “En el 85-87, socios del IPC estaban escribiendo sobre las desapariciones en las bananeras, decían ‘en tal finca, desaparecieron a tal persona’”, con sus ojos llenos de orgullo y admiración agrega “trabajar en el IPC es una vocación, es como una religión o un partido político, es aportar algo más que lo laboral”. Todo el equipo de PBI Colombia se une a mí, para felicitar al IPC por sus logros, su lucha y persistencia para la defensa de los derechos humanos. Les deseamos todo el éxito en la continuación de su labor. Nathalie Bienfait
Notas de pie:

1El Tiempo, LIBRES DEFENSORAS DEL IPC, 9 de febrero 1999

2William Ospina quien estuvo en el panel de presentación de la conmemoración, citado por el IPC, El IPC conmemoró 35 años de historia compartida, 4 de septiembre 2017