Entonces todos los hombres de la tierra le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado; incorporóse lentamente, abrazó al primer hombre; echóse a andar...
Cesar Vallejo, Masa
“Señora María, gracias por traer luz al mundo”, con esas palabras el Padre Alberto Franco le agradeció a la madre de Juan Carlos por haber traído al mundo a un ser que hizo tanto por proteger y salvar la vida de sus hermanos y hermanas. “Juan Carlos no creía en Dios, pero eso no importa, cuando personas como él luchan por la justicia y por defender la vida, cumplen con la voluntad de Dios”, decía el Padre en la ceremonia en la que, abrazados y rodeando su cuerpo, nos despedíamos de Juan Carlos. [caption id="attachment_10497" align="alignnone" width="1280"] Juan Carlos Solís hacía parte del área de Apoyo a la Reconstrucción del Tejido Social, como experto en seguridad digital. En esta foto está con Elena Lopez y Sergio de Leo quienes hacían parte de su equipo.[/caption] Juan Carlos hizo muchas cosas a lo largo de su vida: comenzó trabajando en una fábrica de maquila donde ensamblaban computadores y en base a su propio esfuerzo y dedicación se convirtió en un experto en seguridad digital y asesoró a colectivos de víctimas, y organizaciones de derechos humanos que enfrentan serias amenazas por su trabajo en México y Colombia; luchó para que la información pública sea de acceso para todos y todas; acompañó a víctimas y trabajó en la búsqueda de personas desaparecidas en su natal Ciudad Juárez en Chihuahua-México, llegando a desenterrar cuerpos con sus propias manos con el fin de entregarlos a sus respectivos familiares y con esto aportar algo de verdad a la historia; acompañó y protegió a personas periodistas amenazadas; fue designado por la CIDH como experto en seguridad digital para el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes que investigó la desaparición de 43 normalistas en Ayotzinapa en 2014, entre muchas otras. Pero Juanca también cocinaba y contaba chistes con su particular sentido del humor. Le gustaba el chile picante, los frijoles, las tortillas; la banda sonora de Star Wars, los videojuegos y jugar poker, por nombrar algunos de sus gustos. Así fue Juan: multifacético y sorprendiéndonos a cada momento. Siempre estaba dispuesto a ayudar a sus compañeros y compañeras. Era humilde y generoso como nadie; agradecido con la vida y la gente de la que se fue rodeando. Y por supuesto, tenía un corazón tan grande que no le cabía en el pecho. Gracias por todo Juanca, que la tierra te sea leve.PBI Colombia