¡El pueblo se respeta carajo! ¡El pueblo no se rinde carajo!
Consigna del Paro Cívico de Buenaventura
Son las cuatro de la tarde y el evento está por comenzar. Es solo una hora de retraso, nada que merme la paciencia de quienes hoy están presentes para el esperado acto de reconocimiento a la protesta pacífica y, por ende, a los líderes y lideresas del Paro Cívico de Buenaventura que hoy tiene lugar en el barrio Isla de la Paz, en la comuna 6. “Ya lo aplazaron tres veces”, comenta la mujer sentada a mi lado. Acompañamos a NOMADESC, Asociación para la Investigación y Acción Social que trabaja en la defensa de los derechos humanos en Buenaventura desde 1999, a raíz de la estela de violencia perpetrada en esos años por las AUC contra la población del puerto[1]. Desde entonces, trabajan en conjunto con otras organizaciones para visibilizar la situación de despojo y vulneración de derechos que sufren las comunidades bonaverenses[2] y la relación de esta realidad con los intereses en el proyecto de ampliación portuaria. Las tres personas a las que hoy acompañamos están exhaustas, tal como están las cosas, apenas hemos tenido descanso en el último mes, explican. Las tres están cansadas pero se percibe en ellas una energía expansiva que llama la atención desde el primer momento de nuestro encuentro, a la salida del sol en la ciudad de Cali. Las tres, y también la mayoría de los presentes, visten en este día camisetas de colores con un mensaje común. Yo también soy Don Temis. Porque esta tierra es nuestra, solamente nuestra. Son las cuatro de la tarde y esta tierra suya empieza a deshacerse bajo nuestros pies, formando ríos de barro que ya cubren todo el suelo bajo las dos carpas de lona blanca instaladas durante la mañana, frente al escenario donde en breve comenzará el acto. En el horizonte, un paisaje de conteiners nos recuerda que nos encontramos en el principal puerto de Colombia. Llueve fuerte, una lluvia de desahogo, antecedida de un calor bochornoso que pronto volverá a apretar. La gente va ocupando las sillas de plástico que horas antes un joven de la comunidad colocaba en hileras dibujadas con esmero para la ocasión, con una precisión casi conmovedora. Esto sí es un acto de reconocimiento a los suyos, pensaría yo observándolo. [caption id="attachment_10167" align="alignnone" width="5472"] Puerto de Buenaventura, foto: Bianca Bauer[/caption] A la izquierda, los niños pintan de manos y palabras la pared lateral de la lona de la carpa. Presente, en la voz y la memoria de la comunidad hoy reunida, preside la escena en una pancarta la imagen de Temístocles Machado, vecino del barrio y uno de los líderes del paro cívico de Buenaventura, asesinado el pasado 27 de enero en este mismo lugar ahora dispuesto para un evento en el que él debía estar presente. Integrante del Proceso de Comunidades Negras, era conocido por sus luchas por el territorio frente a los intereses de las empresas portuarias y sus denuncias ante la crisis humanitaria que viven las poblaciones afrodescendientes en el puerto[3]. A tan solo unos cuantos metros, al fondo, una mujer nos señala la que fuera su casa. Temístocles Machado formaba parte de la mesa de Vivienda y Territorio del Comité del Paro Cívico, mesa desde la que se articula la cuestión de la disputa por unas tierras que las comunidades siempre han habitado pero que por falta de reconocimiento y titulación oficial son ahora fuente de conflicto ante los proyectos de ampliación portuaria. A lo largo de su vida, se había involucrado fuertemente en la titulación de baldíos y el desmonte del paramilitarismo en Buenaventura.[4] Su recuerdo llena cada rincón en el día de hoy. Horas antes del evento, subiendo una calle de tierra desde el parqueadero donde ahora se celebra el acto, las comunidades convocaban una Minga en su memoria para la recuperación de un terreno que dos días antes había aparecido cercado, con un cartel que lo anunciaba Propiedad Privada[5]. Una de las lideresas que participa en la minga me cuenta que se trata de un predio en disputa, uno de los terrenos de la comuna seis que Temístocles Machado defendía y que ahora un particular reclama para venderlo a una de las empresas portuarias. La comunidad defiende el predio para la construcción de un puesto de salud, del que carecen, y para uso como parque comunitario. A lo largo de la mañana, el terreno va llenándose de vecinas de todas las edades, que a golpe de pala y machete van limpiando de malas hierbas ese valioso pedazo de tierra cuya importancia bien comprenden quienes se reconocen como parte indivisible del territorio que habitan y reconocen el territorio como parte indivisible en la concepción de sí mismos. Pienso, en ese momento, en ese vínculo que apenas puedo intuir, en la magnitud que tampoco llego a imaginar de ser despojada de una parte de mí misma a través del despojo del lugar al que pertenezco. Pienso, además, en lo mucho que tenemos que aprender de quienes resisten por salvaguardar la memoria colectiva, quienes luchan por proteger un entorno natural que construye también una cultura propia y que son capaces de concebirse en un sentido amplio, en la suma de todos y todas las que llegaron antes y las que vendrán después. [caption id="attachment_10170" align="alignnone" width="1280"] En el evento estaba presente la memoria de Temistocles Machado, líder de Buenaventura y del Paro Cívico, asesinado el 27 de enero 2018.[/caption] El fuego está encendido. Las mujeres sirven de una enorme olla platos de sancocho que reparten entre los presentes, para templarles el cuerpo y la rabia. Al fondo, descendiendo la calle, comienzan a asomar las pequeñas figuras de quienes se acercan para asistir al acto de reconocimiento público. La Lucha de Temístocles Machado es la lucha de tantas otras personas que habitan este rincón del pacífico colombiano. Es la lucha de un pueblo fuertemente azotado por la violencia y marcado por la débil presencia del estado[6] que el pasado mayo paralizó durante veintidós días el puerto más grande del país para ser escuchado, en un acto de tremenda dignidad. El Paro Cívico se levantó tras la firma de los acuerdos con el gobierno, de cuyo cumplimiento se hacía seguimiento esta misma mañana en una reunión con la participación de NOMADESC, que forma parte de la mesa de Veeduría de Derechos Humanos. Lo cierto es que en el sentir general poco parece haber cambiado para los habitantes de Buenaventura desde que se firmasen los acuerdos y los líderes y lideresas siguen siendo estigmatizadas y amenazadas.[7] [caption id="attachment_10171" align="alignnone" width="1280"] Gala, acompañando a NOMADESC en el evento de reconocimiento a las líderesas y los lídereses del Paro Civíco de Buenaventura.[/caption] Esto explica la importancia para las comunidades de este acto de reconocimiento a la protesta y a sus líderes. Es un acto de reconocimiento público por parte del gobierno que pudiera tener un componente de protección y que legitima su labor, en un momento en que se hace evidente el elevado riesgo que corren. Todo esto debería ser pese a que en el ambiente ya se respire un cierto escepticismo. Con humor agudo, la gente habla de los cambios previamente anunciados con respecto a los participantes en el acto, entre los que se esperaba al vicepresidente de la república[8], y de una sensación anticipada de lo que luego se ha calificado por algunos medios como un acto protocolario[9]. Pasan ya las cuatro de la tarde y arranca el acto. La presentadora pide un minuto de silencio por Temístocles Machado. La mujer sentada a mi lado se gira hacia atrás: ¿Un minuto de silencio por don Temis...? Y de una, resonando bajo la lona blanca, levanta la voz con fuerza este pueblo que no está dispuesto a callar: "¡Vamos, carajo, el pueblo no se rinde, carajo! ¡Por nuestros muertos, ni un minuto de silencio, carajo!"Gala Del Castillo