Leonardo Jaimes Marín ha dedicado toda su vida a la defensa de los derechos humanos. Empezó como seminarista de los claretianos en 1988, prosiguió un año más tarde acompañando a los campesinos del El Carmen de Chucurí y desde entonces no ha abandonado la “opción profunda de vida al servicio de los sectores marginados”, tal como él mismo describe su labor. Entre 1991 y 1994 fue el coordinador del albergue campesino de Barrancabermeja, una época gratificante por el trabajo que desarrollaba, pero también llena de riesgos: sufrió amenazas y atentados hasta que le tocó irse. Fue uno de los fundadores de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (Cijp). Entre 2007 y 2015 fue abogado de la seccional en Santander de la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (Fcspp), y en 2008 creó, junto a otros defensores de los derechos humanos, el Equipo Jurídico Pueblos. Ahora, combina su labor como profesor de Derecho Penal en la Universidad Industrial de Santander (UIS) con la defensa de los derechos humanos y asegura que seguirá al lado de las víctimas mientras no se logre superar la impunidad.