El desgaste que provoca el trabajo de defensa de derechos humanos no suele verse como un tema prioritario por las defensoras y sus organizaciones. Las defensoras suelen señalar que no tienen tiempo ni espacio para cuidar de sí, muchas de ellas enfrentan dobles e incluso triples jornadas de trabajo, exponiéndose a múltiples afectaciones sobre su salud física, emocional, psicológica, mental, espiritual y sobre sus relaciones familiares, amorosas, sexuales, de amistad y de trabajo. Ante ello, el autocuidado es una estrategia individual y colectiva que invita a repensar los activismos y a modificar los patrones que desgastan a defensoras y organizaciones para hacer sostenibles las luchas y movimientos.
https://youtu.be/smK1c3gKd_Y