Vuelvo a pensar en el momento en que pisé suelo colombiano por primera vez este año, llena de ilusiones y, al mismo tiempo angustiada frente al hecho de ir al encuentro de lo desconocido, me preguntaba: «¿Cómo me va a ir? ¿Cómo me voy a sentir en mi nuevo país anfitrión? ¿Voy a ser capaz de asimilar tanta información, tantos nombres y lugares? ¿Estoy preparada para enfrentar tantas historias y situaciones duras?»
[caption id="attachment_34" align="alignnone" width="474"] Me ha llevado a conocer a gente maravillosa. Gente valiente que está «justificando [su] paso por la tierra»[/caption]Si bien me queda mucho por aprender, puedo decir que mi experiencia con PBI me ha enseñado mucho y me ha permitido conocer lugares increíbles, interesantes e impactantes, tanto por su historia como por su fauna y flora. Y, por supuesto, me ha llevado a conocer a gente maravillosa. Gente valiente que está «justificando [su] paso por la tierra», como decía Jaime Pardo Leal, abogado y político colombiano asesinado en plena campaña presidencial en el año 1987 como parte de un genocidio que se desató contra los integrantes de la Unión Patriótica, su partido en ese entonces. Gente cuya capacidad de resistencia pacífica y resiliencia, a pesar de los numerosos obstáculos encontrados, incluso de los atropellos vividos, me ha generado un nivel de admiración inconmensurable. Compartir con campesinos, abogados, mineros – todos defensores de derechos humanos -, escuchar sus testimonios e historias de vida, observar su lucha digna por la paz, la justicia, la verdad y la reparación integral, no le puede dejar a una indiferente.
Cuando se aborda el tema de Colombia, el discurso dominante tiende a brindar una información a veces descontextualizada, cargada de estereotipos y distorsionada de una realidad más próxima. Retomando la idea de la gran mujer y novelista nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, «el problema de los estereotipos no es que sean falsos sino que son incompletos». En este sentido, el trabajo que desempeño aquí me ha permitido darme cuenta de realidades muy distintas, contrastes y desigualdades, pero también una gran solidaridad, sencillez, alegría, iniciativas y concientización para un buen vivir y un cambio social.
Delphine Taylor
Viene de una familia franco-británica. Nacida en los EEUU, Delphine creció en Bélgica donde desarrolló un fuerte interés por los viajes, la diversidad cultural y los derechos humanos. Esta pasión por conocer el mundo debe de ser una herencia de familia, puesto que tres de sus hermanos actualmente viven en África, mientras su otra hermana se encuentra en Luxemburgo. Sus experiencias en el extranjero y su compromiso asociativo la llevaron a elegir el camino de la Sociología y la Antropología, en particular cuestiones sobre alteridad en el subcontinente latinoamericano. Se animó en formar parte de la aventura PBI para poder vivir una experiencia única, práctica y formativa, acercarse a diferentes realidades, conocer personas defensoras de derechos humanos y sus luchas respectivas, y empaparse de una nueva cultura.