Esta semana se realizó un acto de perdón público que el Estado, por medio del Ministerio de Defensa y Ejército Nacional, presentó a la familia de José Lorenzo Taborda Taborda. La historia de este joven se añade a la lista, tristemente extensa, de la horrorosa práctica de los llamados “falsos positivos”, ejecuciones de civiles inocentes cometidas ilegalmente por la Fuerza Pública y manipuladas por esta misma para que parezcan bajas legítimas de guerrilleros muertos en combate, con el fin de “mostrar resultados” en el marco del conflicto armado colombiano. Por este acto de lesa humanidad, el Consejo de Estado condenó a la Nación en septiembre de 2015.
José Lorenzo desapareció en marzo de 2007. Un año y medio después, su familia fue informada de que murió en combate por el Ejército en un operativo del batallón de Infantería No. 44 ‘Ramón Nonato Pérez’ en el departamento de Casanare. Su caso llamó la atención por cuanto se trataba de una persona en condición de discapacidad mental, “un niño en cuerpo de grande que no supo el significado de la maldad, no supo qué era hacerle daño a alguien, así como tampoco supo el significado de las letras. […] Solo sabemos que José Lorenzo se fue al cielo antes del tiempo, y por la siniestra voluntad de unos señores cuyas manos estarán por toda la eternidad manchadas de sangre, de sangre de inocentes”. Estas palabras, escritas por los familiares de José Lorenzo, que fueron pronunciadas por el abogado Fernando Kekhan (Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos - Fcspp - y representante de la familia de la víctima), nos movieron y removieron el alma. A este acto, los familiares del joven decidieron no asistir porque mientras sus corazones tienen que soportar el golpe de la muerte de su ser querido, los responsables siguen gozando de la más amplia libertad.
Delphine Taylor