La noche del 7 octubre de 1996 despides a tu hija de 19 años, quien sale con un amigo, mientras te quedas cuidando a su hija, tu nieta; un bebé que crecerá sin madre.
La mañana del 8 octubre recibes noticias de los asesinatos de cuatro personas en un municipio cercano. Cuatro personas supuestamente vinculadas con la guerrilla, vestidas con uniformes guerrilleros y portando armas. Una de las víctimas es tu hija.
18 años después; sigues reviviendo horas, días, semanas repasando los hechos en tu mente, volviéndote loca con cada detalle de la vida de tu hija, cada momento, su sonrisa, sus abrazos, su potencial.
«Nunca fue miembro de ningún grupo armado, siempre estaba conmigo, con su familia, formando parte del movimiento campesino, luchando por su derecho a trabajar su tierra suya. ¿Por qué lo hicieron? ¿Qué hizo mi hija para meritar este destino tan injusto?»¿Y los victimarios? ¿Dónde está la justicia? ¿A quién le importan las vidas de las víctimas colombianas de la violencia, injusticia e impunidad? Lamentablemente muchas de esas preguntas no tienen respuesta para madres, padres, tíos, tías, hermanos e hijos en Colombia. Los procesos jurídicos de ejecuciones extrajudiciales duran años y parece que llegar a la justicia es muy difícil. Pero la justicia tiene muchas caras. Una de ellas es el 'acto de memoria', que porta una suerte de paz a familias y conocidos de las víctimas para que tengan una espacio para recordar a sus queridas perdidas. Un acto simple y humilde como poner una placa conmemorando las vidas injustamente perdidas es una manera de mostrar que sus vidas nunca serán olvidadas, que sus muertes nunca serán justificadas en el nombre de la guerra y que su memoria, su historia viven y pervivirán en el futuro. PBI tuvo el privilegio de acompañar el Padre Alberto Franco, de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, quien facilitó este acto de memoria para las familias de Gilma Yaneth Pineda Metaute y Manuel Humberto Mesa Lopera. En la placa ponía:
Cuando el amor es asesinado, el olvido es imperdonable y la justicia prioridad- Hannah