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Ser una defensora de Derechos Humanos

“HUBO UNA VEZ UN PAÍS…” - EL DERECHO A DEFENDER DERECHOS

“Hubo una vez un país que juntaba rocas y escombros para solidificar muros de tristeza, estos se alimentaban de los gritos, la persecución, las botas apiladas, la coacción sistémica y la verdad silenciada.

Hubo una vez un país, que ante la agonía de los muros de tristeza surgió una llamarada de gotas, cual lluvia intempestuosa e inquebrantable, que decidió juntarse ante los aires de esperanza, cayendo fulminante sobre rocas y escombros, descubriendo la posibilidad de la alegría y el impetuoso manifiesto de la verdad.”

Proteger cuerpo, mente y corazón

Todas estamos en continuo diálogo con nuestro entorno, cada cosa que pasa a nuestro alrededor tiene una respuesta en pensamientos, emociones y sensaciones. Estas son el altavoz que nos indica si necesitamos ser tapadas, beber agua o poner un límite ante algo desagradable. Las sensaciones y emociones son, por lo tanto, nuestra primera fuente de información para poder sentirnos bien.

El caminar de las mujeres en la Comunidad de Paz de San José de Apartadó

La Comunidad de Paz de San José de Apartadó situada en la región del Urabá Antioqueño, nació en 1997 en medio de la violencia generada por el conflicto armado. En una proclamación de neutralidad activa [1] y a través del concepto de distinción del DIH, campesinos y campesinas de diferentes veredas se organizaron para firmar una declaración que les identificaba como Comunidad de Paz en rechazo de todos los grupos armados presentes en su territorio.

“Los derechos humanos siempre estarán en disputa”: Olga Araújo

Olga Araújo es una lideresa y defensora de Derechos Humanos, miembro de la Junta Directiva de la Asociación para la Investigación y Acción Social (Nomadesc), una organización de derechos humanos dedicada a asesorar y acompañar a organizaciones sociales, sindicales, cívicas, de mujeres, indígenas, afrodescendientes y campesinas.

“Debemos seguir en pie para defender la salud, la educación y la vida”: Ninfa Cruz

Ninfa Cruz es, desde hace ya dieciseis (16) años, una gran defensora de Derechos Humanos y lideresa social colombiana que a día de hoy forma parte de la Junta Directiva de la Corporación Social para la Asesoría y Capacitación Comunitaria (Cos-pacc). Tomó esta decisión de defender los derechos humanos cuando a finales de la década de 1990, el movimiento campesino reunido en la Asociación Departamental de Usuarios Campesinos de Casanare (Aduc) fue exterminado por las fuerzas militares, organismos de seguridad del Estado y grupos paramilitares[1].

"En la vida de un defensor hay un porqué seguir, un porqué luchar y un porqué vivir": Irene Ramirez

“El ser defensora de derecho humanos para mi se compone de dos partes importantes: apoyar a las comunidades campesinas desde el ser de mujer campesina y estar disponible para denunciar lo que está pasando en las comunidades. Siempre hay cierto temor acerca de las denuncias pero es una necesidad de dar cuenta de la realidad, de lo que está pasando...aunque haya amenazas. Es un compromiso importante porque ayuda a mejorar la vida… Lo primero que hago todos los días es pensar en los territorios, en lo ambiental y una vida mejor para los niños...

Doña Brigida y el arte por la memoria de la Comunidad de Paz

“Para mí, ser una defensora de derechos humanos es defender la vida, defender el territorio. Es una lucha colectiva para todos y todas. Aquí en Colombia seguimos sufriendo muchas estigmatizaciones nosotras y nosotros los defensores de derechos humanos, nos dicen que somos opositores al desarrollo, pero esto no es cierto… solo que queremos que se respeta la vida de cada uno, que sea una construcción colectiva. Por eso, si ganamos el premio nobel de paz, sería un gran respaldo a la labor de todas y de todos.