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La situación para las personas defensoras de derechos humanos se volvió crítica en 2016

La situación para las personas defensoras de derechos humanos se volvió crítica en 2016

Durante el año 2016 se produjeron tres oleadas de asesinatos y continuas agresiones contra las personas defensoras de derechos humanos, líderes de la oposición y líderes sociales. Estas oleadas de violencia política se desdibujaron tras el proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas de Colombia (Farc). Mientras en la Mesa de Negociaciones se avanzaba en la consolidación de los acuerdos pendientes de la agenda de paz, en todo el país se sintió el incremento de la persecución a líderes y lideresas sociales y personas defensoras de derechos humanos. La organización Frontline Defenders, reportó 85 asesinatos de este colectivo en 2016[1], (sobre un total de 285 en todo el mundo). Colombia, según Frontline, es el país donde ocurrieron más asesinatos de defensores de derechos humanos en el mundo en 2016[2]. La Cumbre Agraria reportó aún más asesinatos, registrando un total de 94[3]. FK5A7881 El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, (Oacnudh), destacó que la mayoría de esos casos (75%) se presentaron en zonas rurales, en contra de líderes y lideresas quienes trabajan en temas de paz, restitución de tierras y participación política[4]. Se ha observado, además, una tendencia a que las agresiones están dirigidas en mayor medidas a defensores del derecho a la tierra y el territorio, es decir, ambientalistas, líderes indígenas y reclamantes de tierra, opositores de los intereses económicos de la industria extractiva, agroindustria o ganadería[5]. PBI activó su red de apoyo tres veces a lo largo del año 2016 como consecuencia de estos hechos. Oacnudh registró 57 homicidios hasta diciembre, de los cuales 13 ocurrieron después de la firma del primer Acuerdo de Paz, el 26 de septiembre[6]. Durante la campaña electoral entorno al Plebiscito sobre la pregunta “¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?”[7], la Misión de Observación Electoral advirtió sobre 15 casos de violencia política en áreas donde se establecerán las Zonas Veredales Transitorias y de Normalización. Las organizaciones sociales alertaron que en la fase de implementación de los acuerdos la violencia podría aumentar. Después de la primera oleada de agresiones y asesinatos en marzo, el Gobierno creó una Comisión de Alto Nivel para la investigación de homicidios y amenazas contra personas defensoras de derechos humanos. Hubo algunos avances en las investigaciones, pero la mayoría están sin concluir. Se convocaron Mesas de Garantías Territoriales[8], en mayo y abril, pero las medidas no evitaron la repetición de las oleadas de agresiones en septiembre y noviembre. Rige un debate grande sobre si hay una sistematicidad o no en los atentados contra las personas defensoras de derechos humanos en Colombia. Preocupa que representantes del Gobierno manifiesten que no hay elementos de sistematicidad en las agresiones contra defensores, aunque haya un promedio de 50 asesinatos en los últimos años[9], y la tasa general de homicidios en 2016, en Colombia fue la más baja desde 1974[10]. Las autoridades han presentado las razones de los asesinatos como riñas personales, venganzas o violencia general y crimen común que tiene que ver con zonas de alta conflictividad por la coca o la minería ilegal y no en relación con su trabajo de defensa a los derechos humanos[11].

Acuerdo de Paz

Después de 4 años de negociaciones de paz, en La Habana (Cuba), 2016 fue el año donde se firmó el tan esperado Acuerdo de Paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc. La celebración de la firma tuvo eco mundial. Aunque, tan grande como la euforia fue la sorpresa cuando el 2 de octubre la sociedad colombiana rechazó el Acuerdo en las urnas tras el Plebiscito[12]. Para las organizaciones de derechos humanos, de víctimas y quienes hicieron campaña a favor del Acuerdo, la decepción fue aún más grande. La polarización política generada por esta votación resultó también un riesgo de seguridad para las organizaciones que apostaron al ‘Sí’, en un contexto de persistencia de estructuras armadas ilegales. Tras conversaciones políticas entre el Gobierno y los diferentes sectores del ‘No’, un nuevo Acuerdo Final con ajustes en temas de tierras, enfoque de género, verdad y justicia entre otros, fue firmado el 24 de noviembre y refrendado en el Congreso el 1 de diciembre. A partir de entonces empezó la fase de implementación. Los nuevos acuerdos han sido respaldados por las víctimas del conflicto que viajaron a La Habana[13]. Esto a pesar de los cambios sustanciales en temas, como la participación de las víctimas y organizaciones de derechos humanos, sobre lo cual alertó el Centro Internacional de Justicia Transicional, (Ictj), “la participación de las víctimas no es clara en el nuevo sistema y como no es clara se corre el riesgo de que no sea efectiva”[14]. Movimiento social paz Aún después del rechazo en las urnas al Acuerdo, el Gobierno y las Farc decidieron mantener el Cese al Fuego y las Hostilidades Bilateral y Definitivo. Las tropas de las Farc se reubicaron en Puntos de Preagrupamiento Transitorios (PPT) bajo el monitoreo del Mecanismo de Monitoreo y Verificación, mecanismo tripartito coordinado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), esperando un nuevo Acuerdo y el inicio de su implementación. Esta situación generó incertidumbre e inseguridad para las Farc y la población civil en estas zonas. Tras la aprobación de la Ley de Amnistía, las Farc empezaron a moverse a las 26 Zonas Veredales y Puntos Transitorios y de Normalización. La fase de implementación de los Acuerdos creó tensiones entre las personas cuyos intereses se vieron afectadas por los Acuerdos de Paz y, por otro lado, es una fase donde las organizaciones presentarán propuestas y participarán.

Neoparamilitares

La mayoría de las agresiones contra defensores y defensoras de derechos humanos (66%) se siguen cometiendo por grupos neoparamilitares[15]. A lo largo de 2016 estos grupos fueron ganando más presencia territorial y visibilidad. Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia incluso han publicado varios vídeos demostrando su estructura militar recibiendo entrenamiento[16]. En abril, Indepaz alertó de la presencia de 14 estructuras “narcoparamilitares” en 149 municipios del país[17]. Existe preocupación porque estos grupos estén ocupando los territorios controlados durante décadas por las Farc[18]. Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia tienen una extensiva presencia territorial, mostrado en marzo y abril cuando llevaron a cabo un paro armado de 48 horas, que fue efectivo en 36 municipios de 8 departamentos, donde amenazaron a la población y obligaron a suspender todo tipo de actividades[19]. La preocupación sobre la persistencia de grupos neoparamilitares también llevó a que en el Acuerdo sobre el punto de Garantías de Seguridad tanto para las Farc como para el movimiento social colombiano y los defensores de derechos humanos, contemplen la creación de un “Sistema Integral de Seguridad” que incluya entre otras medidas: las garantías de seguridad para los movimientos y organizaciones sociales; la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad y la conformación de la Unidad Especial de Investigación para el Desmantelamiento de las Organizaciones Criminales Responsables de Homicidios y Masacres o que atenten contra Defensores de Derechos Humanos, Movimientos Sociales o Movimientos Políticos, que continúan operando y expandiéndose a lo largo del país. A pesar de esto, el Gobierno sigue negando la existencia del fenómeno del neoparamilitarismo[20].

La movilización social y la represión

En 2016 hubo importantes movilizaciones, vinculadas a los avances en los procesos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). A finales de mayo comenzó la movilización de la Minga Agraria, Étnica y Popular, que contó con la participaron 70.000 personas[21], y que buscaba manifestar la oposición de diversos sectores sociales a las políticas económicas y de desarrollo del Gobierno[22], denunciar el incumplimiento de los compromisos adquiridos con el Gobierno tras el paro agrario en 2013[23], y expresar su apoyo a los diálogos con las Farc y el ELN[24]. Sin embargo, según la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic), (una de las organizaciones convocantes), tres personas resultaron muertas[25], 200 heridas, 170 detenidas y 104 judicializadas durante los 15 días de movilización; también hubo amenazas contra la movilización[26]. En una carta firmada por 33 Eurodiputados, éstos expresaron su preocupación por tal situación y, en particular, por las actuaciones del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad)[27]. Las organizaciones de derechos humanos llevan tiempo denunciando los abusos por parte de esta unidad de la Policía Nacional y pidiendo su desmonte[28], se habla de 682 víctimas de la violencia del Esmad solo hasta agosto en 2016, y detenciones masivas de campesinos. En 2016 se organizaron varias movilizaciones grandes, según Cinep, hubo cuatro movilizaciones a nivel nacional solo hasta marzo de 2016 y después hubo la masiva Minga Agraria, Étnica y Popular, entre otros, que por la actuación del ESMAD dejó por lo menos 3 personas fallecidas y más de 130 heridos[29] También se han visto varios casos de judicializaciones de miembros de movimientos sociales, líderes campesinos, sindicales, indígenas en general y de participantes de movilizaciones[30]. Esta coyuntura es preocupante en un momento de transición, donde no solo las organizaciones juegan un papel fundamental en la construcción de paz y la restricción a su espacio de trabajo y a la movilización social tiene un efecto negativo en la capacidad de participación política. Las garantías de participación político son parte del acuerdo de paz, cuyo respeto e implementación son necesarios para una paz estable y duradera[31]. El acuerdo sobre participación incluye un capítulo sobre las garantías para la movilización y la protesta pacifica[32] El Gobierno, sin embargo, ha anunciado que el Esmad se fortalecerá de cara al posacuerdo porque se espera que haya más movilizaciones[33]. Preocupa que la respuesta del Gobierno nacional, frente al incremento de movilizaciones sociales y protestas pacíficas, sea el fortalecimiento de un cuerpo policial cuyas acciones de represión y abusos han sido repetidamente denunciadas. Las organizaciones de derechos humanos también han expresado su preocupación sobre la aprobación de un nuevo Código de Policía. Según la Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos (Cceeu), aunque el código recogió algunos aportes de las organizaciones de derechos humanos, como el reconocimiento de la legitimidad de las protestas espontáneas, no consta la recomendación de la desmilitarización de la policía, y además la Cceeu denuncia que pone en riesgo varios derechos fundamentales[34].

La implementación de los Acuerdos no contempla fondos para las organizaciones de la sociedad civil

El apoyo al proceso de paz desde la comunidad internacional ha ido aumentando conforme avanzaba el proceso de paz. Tanto la Unión Europea[35] como el Gobierno de Estados Unidos[36] anunciaron apoyos financieros para el posconflicto. Sin embargo, existe preocupación que los fondos para el posconflicto no irán directamente a las organizaciones colombianas de la sociedad civil y de derechos humanos, sino serán únicamente enfocados en la cooperación bilateral con el Estado colombiano, lo cual afectaría la capacidad de estas organizaciones de desarrollar independientemente su labor de defensa de los derechos humanos, por ejemplo cuando se trata de la búsqueda de justicia para crímenes del Estado. También existe preocupación sobre un escenario de menos atención política de la comunidad internacional para la situación de derechos humanos en Colombia que según lo resaltado arriba, permanece crítica. En este sentido PBI ha expresado su preocupación sobre el debilitamiento el mandato de Oacnudh y la falta de un componente de observación de la situación de derechos humanos en el Mecanismo Tripartito de Verificación coordinado por la ONU, a pesar de los riesgos que hay para la población civil y las organizaciones de derechos humanos en las zonas donde se efectuará la desmovilización y el desarme de las Farc. Resaltamos la importancia de la ampliación del mandato de la Misión de la ONU o el mandato a una segunda misión desde la Asamblea General, a incluir la verificación de la implementación de los acuerdos, la reintegración de la vida civil de los excombatientes y las garantías de seguridad. Con énfasis en Derechos Humanos y monitoreando las condiciones de seguridad para la implementación de los acuerdos.
Notas de pie:
[1] Frontline Defenders. Informe Anual 2016, enero 2017 [2] Vice News: Colombia es el país donde matan más defensores de DDHH, 18 de enero de 2017 [3] El Espectador: Ya son 94 los líderes sociales asesinados en 2016, 9 de diciembre de 2016 [4] Oacnudh: Preocupación por aumento de la violencia en contra de líderes, lideresas, defensores y población que habita zonas rurales, 2 diciembre 2016 [5] Global Witness: En terreno peligroso, junio 2016. Frontline Defenders: Informe Anual, 3 de enero de 2017. Oacnudh: Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de Derechos Humanos en Colombia durante el año 2015, 22 de marzo de 2016 [6] Oacnudh: Preocupación por aumento de la violencia en contra de líderes, lideresas, defensores y población que habita zonas rurales, 2 de diciembre 2016 [7] Semana: Resultados del plebiscito: el No se impuso en la jornada electoral, 2 de octubre de 2016 [8] Semana: Este año han sido asesinados 38 líderes sociales, 31 de agosto 2016 [9] El país: ONU denuncia la muerte de 52 defensores de DDHH en Colombia en 2016, 2 de diciembre de 2016 [10] El Colombiano: Tasa de homicidios en Colombia de 2016 es la más baja desde 1974, 29 de diciembre de 2016 [11] Contagio Radio: Asesinatos de líderes sociales son práctica sistemática: Somos Defensores, 9 de diciembre de 2016; El Universal: Fiscal dice que no hay sistematicidad en asesinatos de Defensores de DDHH, 8 de diciembre de 2016 [12] Registraduría Nacional: Preconteo Plebiscito, 2 de octubre de 2016 [13] La Nación: Grupo de víctimas respalda nuevo acuerdo de paz con las FARC, 17 de noviembre de 2016 [14] Verdad Abierta: Víctimas, ¿sin participación en nueva Jurisdicción Especial para la Paz?, 5 de diciembre de 2016 [15] Programa Somos Defensores: ¿Este es el Fin? Informe Semestral SIADDHH 2016, agosto de 2016 [16] Noticias Uno: Neoparamilitares exhiben su poder militar en Urabá, 17 de septiembre de 2016 [17] Indepaz: La magnitud del fenómeno paramilitar, 22 de abril de 2016 [18] Semana: El emotivo discurso en el Congreso de Todd Howland, 30 de noviembre de 2016 [19] Cerac: El paro armado del Clan Úsuga, 1 de abril de 2016 [20] TeleSur: Ministerio de Defensa asegura que no hay paramilitares, 18 de enero de 2017 [21] Telesur: Mingueros y Gobierno colombiano alcanzan acuerdo sobre protesta social, 11 de junio de 2016 [22] Congreso de los Pueblos: Una reforma agraria estructural y una ciudad digna, 22 de mayo de 2016 [23] Resumen: Colombia: Vuelve el paro nacional el 30 de mayo tras dos años de incumplimiento del gobierno, 15 de mayo de 2016 [24] Congreso de los Pueblos: Una reforma agraria estructural y una ciudad digna, 22 de mayo de 2016 [25] Cceeu: La protesta social es un derecho que camina de la mano de la paz, 3 de junio de 2016 [26] Onic: Comunicado sobre la Minga Agraria Campesina, Étnica y Popular en Colombia, 9 de junio de 2016 [27] Contagio Radio: Por agresiones del ESMAD al Paro Nacional 33 eurodiputados envían carta al presidente Santos, 9 de junio de 2016 [28] Asoc. De Cabildos Indígenas del Norte del Cauca: Informatico Nasaacin, febrero de 2016 [29] Cordinación Colombia Europa Espados Unidos: En carta dirigida al presidente Santos, Eurodiputados expresan preocupacion por posibles violaciones de DDHH en el marco de la Minga, 9 de junio de 2016 [30] Nodal: Denuncian detención de 121 campesinos que participaban en el paro agrario, 3 de junio de 2016 [31] Cceeu: La protesta social es un derecho que camina de la mano de la paz, 3 de junio de 2016 [32] Mesa de Conversaciones. Borrador Conjunto. Participación política: apertura democrática para construir la paz. 6 de noviembre 2013 [33] Contagio Radio: Esmad se fortalecerá de cara al post acuerdo, 28 de junio de 2016 [34] Cceeu: Nuevo código nacional de Policía, atribuciones exorbitantes que ponen en riesgo derechos fundamentales, 23 de junio de 2016 [35] El Tiempo: El apoyo que le dio la Unión Europea al posconflicto en Colombia, 12 de diciembre de 2016 [36] Caracol Radio: Estados Unidos ratificó apoyo al posconflicto en Colombia: MinHacienda, 29 de septiembre de 2016