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Lo que creamos, nos protege

Lo que creamos, nos protege

Durante el Encuentro de Mujeres Defensoras de 2023, reunidas, con las manos llenas de objetos de nuestros territorios, construimos un círculo de protección. Una mandala que envolvía la sala que nos acogió durante el encuentro y que fue testiga de muchos bellos momentos de creación, ternura y diálogo entre mujeres. El círculo de protección estuvo representado en seis momentos, cada uno nombrado según el sentir de las participantes y construidos desde la espontaneidad y las ganas de traer nuestras reivindicaciones y anhelos al espacio. Identificamos seis pilares de la protección para las defensoras, pilares que tienen que ver con proteger lo que somos, proteger lo que soñamos.


Mujeres que pro-tejen

Ante la bandera de Cahucopana, una de las organizaciones presentes, un jabón hecho con las manos de otra de las participantes, Olga, un totumo que significa mucho para Liliana, semillas y un par de informes sobre el Magdalena Medio, hablamos del papel de las mujeres en la construcción de una Colombia en paz. Hablamos de lo que hacemos con nuestras manos: tejer la vida, proteger los territorios, organizarnos, dialogar, sembrar… Son algunos de los verbos que acompañan a las mujeres defensoras, a las activistas, que, con sus manos, protegen y tejen nuevas realidades. Lo que hacemos con nuestras manos, con nuestra energía y esfuerzo, protege el territorio y nos protege.


Ancestralidad: plantas, saberes, vida

Alrededor del arroz de la Comunidad de Paz, los frijoles, el fuego y la piedra negra nos acompañaron. Nos acompañaron los saberes que se trasmiten de boca a oreja, de abuelas a nietas, entre vecinas, saberes que han sostenido la vida desde el origen de los tiempos. Recordamos que la ancestralidad colombiana es rica y diversa en semillas, culturas, deidades y remedios. El camino de recuperar, trasmitir y revalorizar esos saberes, de conectar con la ancestralidad, con las abuelas, nos acompañó hasta en el propio grupo, donde la más joven, Angie, tenía 24 y la más mayor, Doña Brígida, ya iba por los 72. Generaciones que recuperan el valor de las mochilas y todas las historias que ellas cuentan. Trasmitir nuestras verdades, las verdades de nuestras abuelas, nos protege.


Frutos de la memoria: entre la añoranza y la dulzura

Guama, zapote, limones, miel, aceites esenciales, un abanico, un atrapasueños tejido por las manos de Angie y un poema de una madre para una abuela y para una nieta, Inés. Lo que somos nos llena de emociones, emociones que nos conectan entre nosotras, aun siendo de lugares muy lejanos del planeta. Nos conecta la añoranza y la tristeza, nos conecta recordar a nuestras familiares fallecidas o desaparecidas, nos conecta contar nuestra propia historia en lana, en poema o en palabra. Así nos encontramos, entre la añoranza y la dulzura de los frutos que cosechamos. Conectar entre nosotras, nos protege.


Visibilizar para caminar la memoria y la sanación

Nos protege sacar nuestra voz, sea a través de un informe, una camiseta o cantando todas juntas. Y no hacerlo de cualquier manera, hacerlo sintiendo que una descarga, que se deshacen los nudos, que hay un entorno que sostiene y ayuda a transformar el dolor. Y aquí nos hicimos la pregunta de cómo sanar, cómo sanar tanto dolor, tantas palabras no dichas y tantas por decir. La memoria, dijimos, construir nuestra memoria colectiva nos ayuda a no olvidar y a no cargar solas con nuestros dolores.


Resistencias… El territorio, la autonomía, el arraigo, la fuerza, la creación, endulzar…

Y conectamos con las resistencias, con esas ventanas que abrimos de esperanzas, de posibilidad, de verdad, de cariño, de ternura y de alimento. Hablamos de todos los seres vivos que nos acompañan en los montes, selvas y mares y la importancia de cuidarlos como ellos cuidan el ecosistema, hablamos de las semillas propias y de la importancia de aprender a sembrar, de bordar para transformar los dolores y de estar arraigadas a nuestros territorios. Ahí empezamos, poco a poco, a nombrar todas las ventanas que nos permiten sacar y expresar desde nuestra propia voz. La naturaleza y nuestras resistencias nos protegen.


Expresiones de sanación: el arte y la organización de las mujeres
Y de ahí surge el arte, la organización y el apoyo mutuo entre mujeres, surgieron las iniciativas de cuidado ante crisis y duelos y… se nos llenó la mesa de color con todo lo que podemos llegar a imaginar y crear con la organización colectiva. También nos protege nuestra capacidad de crear nuevas realidades. Y así fue como cerramos el círculo, un círculo de elementos que nos protegen a las mujeres. Protegen nuestros cuerpos, nuestros dolores, nuestras historias y nuestros sueños. Y hacer todos estos elementos conscientes, hacerlos presentes con objetos y palabras, nos ayudaron a construir un espacio compartido, nos ayudaron a encontrarnos. Muchas gracias a todas las mujeres que participaron en el Encuentro de Mujeres Defensoras 2023 y que nos llenaron de amor, reflexión y esperanza.

PBI Colombia