Quizás se han preguntado cómo es ser brigadista en Colombia. De hecho, todos los días es diferente, pero para que se hagan una idea, aquí un ejemplo. El fin de semana pasado PBI estuvo en la Guajira, nordeste de Colombia, acompañando a Dora Lucy Arias del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Ccajar). El Ccajar había organizado una comisión de observación para ver los impactos de la minería de carbón en las comunidades indígenas que viven alrededor de la mina más grande de América Latina, El Cerrejón que es operado por Anglo-American, BHP Billiton y Glencore.
5am
Hannah Matthews se pone el chaleco de PBI y junto con hombres y mujeres de diferentes países que participan en la comisión se sube al bus para salir al resguardo indígena Wayúu que se llama Provincial. Al entrar al resguardo se delinean las montañas peladas y grises de la mina de carbón. Una hora más tarde el bus se detiene en medio de la nada.6am
Hannah llama a la casa de PBI en Bogotá para reportarse y confirmar que todo está en orden. Mujeres en mantas largas y coloridas traen café con jengibre. Es delicioso, calienta y despierta. Luego la comisión sale a caminar por el resguardo para conocer a la comunidad. En estos días ha llovido y el aire se siente húmedo y pesado. El sol está saliendo y pronto comienza a calentar y Hannah siente un dolor de cabeza. Durante la caminata Dora Lucy, líderes y lideresas de la comunidad wayúu explican su situación. Hoy en día están rodeados por la mina de carbón, la contaminación es tal que ya no pueden ni cultivar. El río Ranchería que en el pasado les ofrecía pescado y fue un punto de encuentro para bañarse y tomar agua pura, ahora está contaminado. Las lideresas y líderes presentes explican cómo la empresa impide el acceso a este recurso.8am
La comisión descansa a la sombra de un árbol. El dolor de cabeza de Hannah continúa, otras personas de la comisión también manifiestan dolores de cabeza. Toca aguantar dice Hannah, pero se pregunta como hace la gente que vive aquí a diario. “Vivimos con estos dolores constantemente y cuando llueve es peor”, dice la mujer indígena sentada a su lado. Conversan y la mujer le muestra las hierbas que crecen por allí y le explica que ahora con tanta contaminación muchas de las plantas medicinales tradicionales de la comunidad ya no se encuentran en el territorio.9am
Finalmente llega la hora de desayunar. Hannah se come la arepa más deliciosa que jamás ha comido en su vida, con mucho queso por dentro. Unas mujeres tejen mochilas y Hannah pregunta como lo hacen. Le explican lo que significa el tejido para la comunidad y ofrecen a Hannah que se quede un mes en el resguardo para aprender. Si no fuera por su dolor de cabeza, Hannah pensaría en esta opción, que privilegio poder aprender de una cultura de manera tan profunda. Estas oportunidades no te llegan en la vida normal, piensa Hannah. Poco después comienzan las charlas con varias mujeres que explican el impacto que ha tenido la contaminación en la salud de la gente, sobre todo en los niños y niñas. Una de las mujeres, Luz Ángela, cuenta cómo se dio cuenta de que su hijo Moisés estuvo enfermo, en ese momento solo tenía dos meses de edad. Luz Ángela inicialmente pensó que tenía una simple gripa, pero los médicos eventualmente confirmaron que tenía problemas respiratorios. La enfermedad de Moisés le cambió la vida a toda la familia; tocaron puertas y mientras tanto, el pequeño Moisés cada vez estaba más delgado y su piel lucía un color amarillo. Con la ayuda de las abogadas del Ccajar, lograron que la justicia colombiana fallara a favor de Moisés. El fallo ha ayudado para que Moisés finalmente sea atendido por especialistas médicos; ahora, con los medicamentos que recibe, puede tener una vida relativamente normal, aunque no puede agitarse mucho. Lo mejor para la familia sería trasladarse a otro lugar, algún lugar no contaminado. Pero a dónde podrían ir, pregunta Luz Ángela. La Guajira tiene la tasa de pobreza más alta, según estadísticas, el 64% de la población vive en pobreza, frente a un promedio nacional del 37%.Mediodía
El sonido de un camión interrumpe la reunión. Las mujeres se levantan y corren hacía donde se encuentra el camión. Otras ya habían levantado un retén improvisado para prevenir que continuara su camino. Lleva agua para otro lugar, agua que ellos no tienen, pero necesitan con urgencia, agua que llevan meses pidiendo a la alcaldía. Porque el agua del río Ranchería está tan contaminada que al tomarla perjudica la salud de la gente. Las mujeres le gritan al conductor, luego le piden que deje el agua para ellas. No lo hace y eventualmente el camión retrocede y se devuelve de dónde venía y las mujeres regresan al kiosco para seguir con la reunión. Muchos niños que viven en los alrededores de la mina del Cerrejón sufren de enfermedades respiratorias; de hecho, hay numerosos estudios internacionales confirmando que los niños que crecen cerca de minas de carbón están especialmente expuestos a riesgos para su salud. Sin embargo, a pesar de que existe la actividad minera desde hace casi 40 años en la Guajira, aún no existen estudios independientes que determinen el grado de afectación que puede causar en la salud de las comunidades sometidas al impacto directo de la extracción de carbón, señala Dora Lucy. Dora Lucy explica que, según una investigación de la Universidad del Sinú, en el aire de las comunidades que viven en los alrededores de la mina de carbón se encontraron elementos altamente enriquecidos como azufre, cromo, cobre y zinc. Y por esto existen daños a las células de los pobladores del corredor minero que pueden relacionarse con algunas enfermedades respiratorias, del corazón, de la piel, el estómago y cáncer.1pm
Hannah camina con Luz Ángela y algunos de sus hijos a su casa. Allí conoce en qué condiciones vive la familia. La casa tiene grietas por las explosiones diarias que realizan los trabajadores de El Cerrejón para poder extraer el carbón. Las voladuras sacuden la casa y por esto han caído muchos ladrillos. La casa parece un colador, piensa Hannah. Una mujer explica que las explosiones son como terremotos, toda la tierra se mueve y vibra. De alguna manera la comunidad ha aprendido a vivir con estos impactos.2pm
Es hora de almorzar, las mujeres han preparado chivo, un plato típico de La Guajira. El cielo se nubló y gracias al descanso y la deliciosa comida ya ha desaparecido el dolor de cabeza. La comisión se traslada a otra comunidad vecina para conocer su situación. Las niñas reciben a la gente con una danza típica. Vistiendo unas preciosas mantas se muevan al ritmo de la kasha (tambor en su idioma Wayuunaiki).3pm
Durante la tarde la comunidad expone su situación, hablan largos ratos en wayunaiki, luego traducen lo dicho al español. Es una forma de mostrar lo importante de su cultura, su arraigo a sus tradiciones, su lengua y su madre tierra.5pm
[gallery ids="9349,9348,9347,9350" type="rectangular"] Queda poca luz y comienza a lloviznar, pero Dora Lucy propone una idea para la campaña que realiza el Colectivo de Abogados con el fin de visibilizar la realidad de las comunidades indígenas. Saca su labial rojo y escribe: “¡Salud! No minería” sobre un papel blanco. Luego posan con una mascarilla protectora y el cartel ante la cámara.6pm
Camino de regreso al bus. Ya está atardeciendo y es hora de despedirse de la gente y de la comunidad. Ha sido un día largo, pero con muchos aprendizajes.Hannah Matthews y Bianca Bauer