El Festival de la Memoria, es una apuesta de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (J&P), para la construcción de la paz en los territorios en Colombia, impulsado por las mismas comunidades con el objetivo de contribuir a reconstruir la memoria y resignificar la verdad de lo sucedido en los territorios en el marco del conflicto armado. Promueven la reconciliación a través de intercambios de saberes, pero también a través del esclarecimiento de la verdad de los hechos, del reconocimiento de las responsabilidades y el pedir perdón y garantizar que no se repitan las tragedias y las violaciones a los derechos humanos.
Este año, se inauguró la primera versión del Festival de la Memoria en la Eco Aldea de Paz de Nueva Esperanza en Dios en el territorio colectivo de Cacarica (Norte del Chocó). Se plantea la realización de cinco festivales, que se enmarcan en procesos de conmemoraciones en los cincos diferentes territorios colectivos del Bajo Atrato. Estas comunidades, que han sido históricamente golpeada por el conflicto armado tras numerosas operaciones de la exguerrilla de las FARC-EP, de los paramilitares y militares, siguen luchando por la defensa de sus territorios y de la dignidad de su vida campesina y colectiva, los pueblos afrodescendientes e indígenas que viven en este territorio luchan por mantener sus culturas ancestrales frente a intereses económicos ajenos[1].
Este año el Bajo Atrato ha vuelto a estar en el centro de la atención: control territorial de grupos armados ilegales, amenazas a líderes y lideresas sociales, reclutamiento de jóvenes, enfrentamientos entre grupos armados ilegales y confinamientos de pueblos indígenas que se encuentran en grave situación humanitaria[2]. Sin embargo, las comunidades mantienen la esperanza y la resiliencia para defender la paz en sus territorios, a través del arte, la educación y del baile.
Capítulo 1 : Cacarica y la inauguración de la Universidad de Paz
A finales de febrero, mientras se conmemoraban los 22 años de la Operación Génesis que generó el desplazamiento de más de 10 mil personas, se desarrolló el primer Festival de la Memoria y al mismo tiempo se dio el lanzamiento al primer modulo de la Universidad de Paz “Marino López”, donde se darán talleres y clases sobre temas ambientales, entre otros. [gallery ids="11251,11250" type="rectangular"] Este espacio tiene como objetivo el proponer también actos de reconocimiento y sanciones restaurativas, al generar encuentros donde las personas “responsables” de las violaciones a los derechos humanos y las personas “afectadas” puedan dialogar y buscar caminos de reconciliación. Para participar en este Festival viajaron muchas personas de diferentes partes del país (desde Putumayo hasta Caribe, pasando por el Valle del Cauca), de diferentes organizaciones, medios de prensa, entre otras. La calurosa bienvenida de la comunidad de Cacarica fue muy emotiva, con cantos y bailes, música y comida deliciosa. Contando con la presencia de la Comisionada de la Verdad, Lucía González, se dieron los primeros conversatorios donde personas desmovilizadas de diferentes grupos armados, legales e ilegales, y familiares de estos, compartieron sus relatos, reconocieron hechos y pidieron perdón. Una de las personas de la comunidad nos comentó como le latía el corazón al escuchar estos testimonios y nos manifestó la importancia de este momento histórico donde renace la esperanza de la paz, a pesar de las continuas amenazas por partes de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), quienes buscan controlar la totalidad de los territorios. Por lo tanto, ellas quieren proponer propuestas de sanciones restaurativas dentro del trabajo de reconciliación que promueven porque lo que quieren es vivir en paz. Como comentó una de las lideresas del territorio “cuando una persona hizo daño, es porque su corazón se enfermó, y si se va a la cárcel cuando saldrá no habrá sanado su corazón, por lo tanto, nosotras y nosotros lo que queremos es que los responsables de los hechos victimizantes vengan acá, que conozcan la comunidad, el campo, que trabajen la tierra con nosotras y así buscar la manera para que se sane su corazón”. [gallery ids="11248,11244" type="rectangular"] Durante los dos días del Festival de la Memoria se presentaron varias experiencias de resiliencia, de trabajo de jóvenes que reivindican sus derechos y trabajan para la construcción de la paz. Así mismo, también se presentó la propuesta pedagógica de la Universidad de Paz (Uni Paz) donde se desarrollarán cátedras con temáticas relacionadas a los saberes de las comunidades, del campo, del análisis del contexto en el cual viven, entre otras. En el acto de inauguración, Yohana de J&P comentó que esta “es una posibilidad de tener elementos para analizar la realidad y construir una sociedad mejor, una propuesta en un escenario de implementación del Acuerdo de Paz, de camino hacia la paz y de ser un espacio para escucharnos, reconocernos más allá de víctimas y victimarios, sino de afectados y responsables”. Henri, coordinador pedagógico en Cacarica destacó con entusiasmo “será un espacio donde vamos a desmantelar la cultura de la guerra. Un espacio donde vamos a vincularnos y no excluirnos. La Universidad lo que busca es crear una sociedad nueva, crear ese espacio de respeto consigo mismo y con la naturaleza, un espacio en la que los y las que ayer fueron victimarios, pueden entrar y participar. Lo que estamos buscando es, desde la educación, la transformación de ese hombre y esta mujer, y que juntos y juntas podamos sanar ese dolor”. Jani Silva, lideresa de la Zona de Reserva Campesina “La Perla Amazónica” en Putumayo, también estuvo presente y resalto la apuesta de su comunidad en este ejercicio de reconciliarse, “por los odios y resentimientos no nos da nada. Tenemos que pensar en el perdón, pero no en el olvido, porque el que olvida, repite. Por lo tanto, queremos analizar qué fue lo que nos pasó y cómo podemos salir de la violencia”. El Festival terminó con la inauguración de un módulo, que está siendo construido en base a desechos de plásticos reciclados y después siguió con un acto cultural para poner fin al primer Festival de la Memoria.Nathalie Bienfait