Pasar al contenido principal

Tierra: cultura y conflicto

Honduras: Tierra de maíz y de hidroeléctricas

Martín Gómez es un hombre pequeño y delgado. Camina con confianza y se le nota que ha sembrado toda su vida maíz y granos. Vive en medio de montañas verdes en Santa Elena, sur de Honduras. Martín forma parte del movimiento indígena Milpah, creado en 2010 para defender la tierra y la comunidad indígena lenca, pueblo originario predominante en Honduras. Un año después de su fundación, el gobierno aprobó la concesión para la construcción de la represa hidroeléctrica Los Encinos S.A. en Santa Elena sobre el río Chinacla.

Guatemala: Mujeres, las grandes olvidadas

La tenencia de la tierra en Guatemala, caracterizada por fuertes desequilibrios, desigualdades e injusticias, ha sido y sigue siendo, un factor clave y no resuelto en la vida e historia de Guatemala. La lucha por la tierra fue uno de los principales desencadenantes del conflicto armado interno, y los Acuerdos de Paz de 1996 incluyeron la resolución del problema agrario entre sus puntos principales. Sin embargo, nunca se ha llegado a definir una política explícita que aborde el problema de la extrema concentración de la propiedad y reconozca la función social de la tierra.

Kenia: La Lucha de los Guardianes del Bosque

Ngai Mutuoboro nació en Chuka, Kenia, hacia 1939, “cuando la gente de la colonia ya había venido”[1], es decir, en tiempos de la colonización británica. Ngai cuenta que su comunidad fue despojada de su tierra por parte de los colonizadores. Esto constituyó para él, la principal razón de la posterior rebelión del Mau Mau en esta zona: “los blancos tomaron la tierra de la comunidad, esa es la razón de la lucha, la tierra que tomaron nunca fue devuelta”[2].

Transformar la fragilidad a la fuerza

Julia Figueroa es una mujer que inspira respeto a través de su presencia digna y con autoridad. Ella es la presidenta del Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez (Ccalcp) y un faro de esperanza para muchas comunidades en las regiones del Magdalena Medio, Santander y Norte de Santander. Su comportamiento feroz podría llevar a pensar que era invencible, que nada podía atravesar su determinación para defender los derechos de los más vulnerables.

Por el amor a la tierra

Hace más de veinte años, una comunidad campesina que se encontraba en medio de una guerra terrible decidió organizarse y resistir en su territorio. Así nació la Comunidad de Paz de San José de Apartadó. Se fundó sobre la base del principio de neutralidad frente al conflicto armado, prohibiendo a sus miembros cualquier contacto directo o indirecto con los actores armados. En aquel entonces, pensaban que declarándose neutrales, serían respetados.

La bella Madre Tierra

Dos ríos se encuentran en el pequeño pueblo Alto Guayabal, el menor, de color turquesa, llamado Jancadía y el mayor, de color verde ámbar, llamado Jiguamiandó que significa río que da fiebre en lengua indígena Emberá. Su nombre hace justicia a este mundo cubierto de mosquitos, donde la gente a menudo se contagia de enfermedades tropicales. A lo lejos se levanta imponente el cerro Jai Katumá donde viven los espíritus del pueblo Emberá. Las 87 familias habitan en ranchos que se elevan sobre pilotes para evitar el impacto devastador de las aguas durante las épocas de lluvia.

Pedeguita y Mancilla: lentitud jurídica y amenazas

“Si no le compro a usted le compro mañana a su viuda”. Esta frase que se hizo famosa en los años noventa en el Bajo Atrato, cuando ocurrió la retoma paramilitar por parte del Bloque Elmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), quienes despojaron a las comunidades y compraron masivamente las tierras de manera irregular, todavía resuena en la memoria de los habitantes de Pedeguita y Mancilla. Temen que se pueda repetir la historia. Pedeguita y Mancilla es una región con gran biodiversidad, abundante fauna y flora.

Urabá, violencia y territorio en la historia contemporánea

Urabá siempre ha sido comparada en el imaginario con un territorio sin más ley que la del más fuerte, marcada por una violencia endémica y disputada por los grupos armados en conflicto[1]. Descifrar la violencia en Urabá es ante todo comprender las dinámicas de un territorio en construcción nacido de colonizaciones sucesivas.