Mientras Colombia está empezando a implementar las negociaciones de paz y a realizar el desarme de los combatientes de las Farc, varias zonas del país están observando unas olas de violencia como las que se están dando últimamente en el rio Calima.
PBI ha estado presente en el río Calima, Buenaventura (Valle de Cauca) desde hace varios años, a través de nuestro acompañamiento a la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (Cijp), que acompaña y asesora a su vez varias comunidades en la cuenca del rio San Juan.
[caption id="attachment_7286" align="alignnone" width="1200"] Lara[/caption]
Empezamos nuestro viaje por el Bajo Calima y de ahí seguimos por el río San Juan, una carretera por la cual viaja en lancha... pura selva a ambos lados, pura belleza a ambos lados. Y, sin embargo, además, pura desgracia para la comunidad indígena Wounan Nonam que habita en ese territorio ya que ese río, que desemboca en el océano pacífico, es la principal ruta de tráfico de drogas que sale hacia el puerto de Buenaventura[1]. Esto significa mayor violencia, lo cual se traduce en una fuerte presencia de grupos armados ilegales, quienes están ocupando la zona dejada por la guerrilla de la Farc tras el acuerdo de Paz con el Gobierno colombiano. Viajando por el río San Juan y bajo Calima hay una tensión que no se ve, pero sí se siente.
[caption id="attachment_7263" align="alignnone" width="1200"] Santa Rosa de Guayacán[/caption]
Compartimos dos días con la comunidad Wounan. Pasamos por los Refugios Humanitarios y Biodiversos de Agua Clara, Puerto Pizario y Santa Rosa de Guayacan, figura bajo la cual se constituyeron para poder retornar a su territorio después de su desplazamiento forzado de un año en los alrededores de Buenaventura y tratar de evitar de alguna forma la entrada de grupos armados ilegales. Sin embargo, esto no está siendo respetado por estos actores. Un claro ejemplo de ello es el Resguardo Humanitaria de Santa Rosa de Guayacán. Esta comunidad cuenta con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) desde el año 2011 cuando retornaron a su territorio, pero las amenazas no han cesado.
Sin ir más lejos, dos días después de nuestra visita al resguardo, José Chamapuro, miembro de la comunidad fue secuestrado por hombres armados, siete horas más tarde lo liberaron, aunque con signo de violencia[2]. Cijp ha denunciado públicamente varias incursiones de hombres armados en el resguardo en los últimos días[3]. Ante esta situación, casi todas familias que forman el Resguardo de Santa Rosa de Guayacán han decidido desplazarse de nuevo a Buenaventura[4].
Para una de nosotras (Michaela) no era su primera visita en el Resguardo de Santa Rosa de Guayacán pero para la otra (Lara) sí. A pesar de ello, la comunidad indígena nos recibió con sus brazos y corazones abiertos. En la casa comunal nos dieron la bienvenida hombres, mujeres y niños con comida y bebida. Las mujeres nos dieron arroz, pescado y limonada. Pero el estado de ánimo era triste. Encendieron una vela por almas y memoria de Emilsen y Joe. Fue muy emotivo para nosotras que nos permitieran compartir ese momento con ellos. Uno más de todos en los que desde PBI hemos tenido la oportunidad de acompañarles. Emocionadas, pero también preocupadas continuamos nuestro viaje rio arriba hacia el Puerto de Bajo Calima, donde hicimos una parada para visitar la tumba de Emilsen y Joe. Nuestro viaje continuó dos días más por el río Naya. Es impresionante salir del puerto de Buenaventura por el océano pacífico para adentrarse en la belleza del Naya, sobre todo, contando con el gobernador del Consejo Comunitario del Naya como guía. [caption id="attachment_7266" align="alignnone" width="1200"] En el río Naya[/caption] Los consejos comunitarios de las comunidades afrocolombianas comenzaron a constituirse después de la Ley Nº70 de 1993, la cual reconoce entre varios derechos el tema de la propiedad colectiva y el uso de la tierra, estableciendo además algunos mecanismos para la protección y el desarrollo de los derechos a la identidad cultural. Desde entonces han luchado por la permanencia en su territorio, aunque en el pasado muchas personas tuvieron que desplazarse a Buenaventura, donde aún se encuentran.
Actualmente, las distintas comunidades que habitan a las orillas del río Naya también comparten la preocupación que existe en otras zonas del país por el fortalecimiento de las estructuras neoparamilitares que, ante una coyuntura de implementación de los acuerdos de paz de La Habana entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc, se están reagrupando y disputando el control de las zonas en las que anteriormente hacia presencia las Farc[6]. Las comunidades que habitan el Naya no quieren verse en la situación de tener que desplazarse como muchos de sus vecinos y familiares que se encuentran desplazados en el Espacio Humanitario Puente Nayero de Buenaventura.
¿Por cuánto tiempo podrán defender su territorio sin garantías por parte del Estado?
En la comunidad de Santa Rosa de Guayacan, el asesinato hace unas semanas de la lideresa afrocolombiana Emilsen y Joe, su pareja, dejó una profunda tristeza y preocupación ya que este hecho, junto a los comentados anteriormente, reflejan la situación de violencia y falta de garantías a las que se tienen que enfrentar las comunidades que luchan por la permanencia en sus territorios así como la persecución que se está dando en todo el país contra los líderes sociales y personas defensoras de derechos humanos[5]. Para esta comunidad, Emilsen no solo era una amiga cercana a la cual algunos conocían desde niña pues ella también era hija del río Calima sino que era un referente por el apoyo que les brindó para encontrar el territorio de Santa Rosa cuando retornaron y por su labor como lideresa social en la zona ya que fue miembro fundador de Conpaz. [caption id="attachment_6961" align="alignnone" width="482"] Emilsen Manyoma tenía 31 años y lideraba Conpaz, un proyecto que reúne propuestas de paz desde los territorios. Fue asesinada junto a su esposo Joe Javier Rodallega el 17 de enero, convirtiéndose así en las primeras víctimas de los violentos en Buenaventura. Foto: Comisión Intereclesial de Justicia y Paz[/caption]La comunidad indígena wounaan nonam de Santa Rosa de Guayacán: Resistiendo en su territorio
Para una de nosotras (Michaela) no era su primera visita en el Resguardo de Santa Rosa de Guayacán pero para la otra (Lara) sí. A pesar de ello, la comunidad indígena nos recibió con sus brazos y corazones abiertos. En la casa comunal nos dieron la bienvenida hombres, mujeres y niños con comida y bebida. Las mujeres nos dieron arroz, pescado y limonada. Pero el estado de ánimo era triste. Encendieron una vela por almas y memoria de Emilsen y Joe. Fue muy emotivo para nosotras que nos permitieran compartir ese momento con ellos. Uno más de todos en los que desde PBI hemos tenido la oportunidad de acompañarles. Emocionadas, pero también preocupadas continuamos nuestro viaje rio arriba hacia el Puerto de Bajo Calima, donde hicimos una parada para visitar la tumba de Emilsen y Joe. Nuestro viaje continuó dos días más por el río Naya. Es impresionante salir del puerto de Buenaventura por el océano pacífico para adentrarse en la belleza del Naya, sobre todo, contando con el gobernador del Consejo Comunitario del Naya como guía. [caption id="attachment_7266" align="alignnone" width="1200"] En el río Naya[/caption] Los consejos comunitarios de las comunidades afrocolombianas comenzaron a constituirse después de la Ley Nº70 de 1993, la cual reconoce entre varios derechos el tema de la propiedad colectiva y el uso de la tierra, estableciendo además algunos mecanismos para la protección y el desarrollo de los derechos a la identidad cultural. Desde entonces han luchado por la permanencia en su territorio, aunque en el pasado muchas personas tuvieron que desplazarse a Buenaventura, donde aún se encuentran.
El Naya: un largo camino hacía la titulación del territorio
Actualmente, las distintas comunidades que habitan a las orillas del río Naya también comparten la preocupación que existe en otras zonas del país por el fortalecimiento de las estructuras neoparamilitares que, ante una coyuntura de implementación de los acuerdos de paz de La Habana entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc, se están reagrupando y disputando el control de las zonas en las que anteriormente hacia presencia las Farc[6]. Las comunidades que habitan el Naya no quieren verse en la situación de tener que desplazarse como muchos de sus vecinos y familiares que se encuentran desplazados en el Espacio Humanitario Puente Nayero de Buenaventura.
Michaela y Lara