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Séptimo encuentro de mujeres defensoras de Derechos Humanos

Séptimo encuentro de mujeres defensoras de Derechos Humanos

NOS ENCONTRAMOS por Denise Nuño: Brigadista de terreno, equipo Barrancabermeja 

“Ya casi, ya casi, ya casi, estoy ansiosa por conocer a las personas que están en este grupo, estas mujeres maravillosas, fuertes, resilientes, con una huellas lindas, bonitas, ¡ay no veo la hora!, cuando una va para estos encuentros se siente ansiosa y feliz. Siento mucha alegría, estoy como niña chiquita en el 1er día de clases”. Margarita Restrepo

Eramos 22 mujeres de distintas edades, colores, tamaños, territorios y organizaciones de Colombia [1]. Algunas campesinas, otras pescadoras, también buscadoras de familiares desaparecidos, la mayoría mujeres víctimas del conflicto armado, pero todas mujeres organizadas y lideresas en defensa de la vida y el territorio.  A partir de la metáfora de la siembra guiadas por un bello equipo de facilitadoras y brigadistas de PBI Colombia y del reconocimiento del cuerpo como territorio del cuidado y de la autoprotección, por séptima ocasión nos reunimos cuatro jornadas para compartir en un espacio de intercambio, descanso y cuidado construido por todas las que participamos. Nos encontramos reconociéndonos, en sororidad y a la luz de la luna,  congregadas por Huitaca, Diosa muisca. Nos encontramos construyendo, círculos de protección a nivel personal, familiar y comunitario; un altar compuesto por memorias, fotografías, artesanías, artículos tradicionales de los territorios, banderas y símbolos de vida y resistencia de las mujeres, entre otros. Nos encontramos cantando, música propuesta por nosotras, “Brindo” de Thalía que se convirtió en el himno del encuentro, “El amanecer” de Edson Velandia y “Resistiendo” de Teresa Parodi, entre tantas otras. Nos encontramos escuchándonos. Historias de esperanza desde la Comuna 13 en Medellín, hasta historias de resistencia y lejanas a donde sólo se llega en mula en el Catatumbo. Nos encontramos respirando, el aire fresco que producen las montañas, los ocobos, ceibas y cajetos que rodean Choachi. Nos encontramos truequeando: libros, aretes, artesanías, ropa, símbolos de las organizaciones, cuadernos de memoria, entre otros. Nos encontramos creando, un collage que reflejó los sueños de paz, esperanza y vida, el cuidado colectivo, el autocuidado, la fuerza para seguir los procesos de lucha y resistencia, que queremos sembrar en nuestras vidas. Nos encontramos bailando, como “pescadoras” simulando el uso de la atarraya al ritmo de “El Pescador” de Totó la Momposina.  Nos encontramos dibujando y pintando, una matera como expresión y símbolo de la tierra que nos sostiene. Nos encontramos comiendo, deliciosos y abundantes manjares preparados por un colectivo de manos sagradas de mujeres, desde achiras y panderos de harina de sagú, comida mexicana, hongos cultivados en la finca, hasta bollos traídos de Santander. Nos deleitamos observando, el atardecer en tranquilidad y armonía con la naturaleza, la llegada de miles de garzas blancas a su territorio de reposo . Nos encontramos llorando, por el recuerdo de personas queridas que ya no están y por la dicha de conocer personas que ahora están. Nos encontramos nadando, por el rocoso Río Blanco cual sirenas tenaces de dos patas en ropa interior. Nos encontramos disfrutando, de los derechos que defendemos día y noche con nuestra memoria, ejemplo, mensajes, acciones presentes y posibilidades para el futuro. Lo que aramos, sembramos y cosechamos nos lo llevaremos como dijo una defensora, en nuestro mapa del corazón y de la mente, cuidándonos primero a nosotras mismas, entre nosotras e incluso a la distancia en el complejo contexto del conflicto armado vigente como mujeres defensoras de los derechos humanos. [1] ASCAMCAT, ACVC, CAHUCOPANA, CDPAZ, CJL, CREDHOS, CSPP, DH, FEDEPESAN, NOMADESC, MADRES POR LA VIDA, MOVICE, MUJERES CAMINANDO POR LA VERDAD, TEJIENDO MEMORIAS.