Las Zonas de Reserva Campesina (ZRC) son un ejemplo de resistencia impulsada por las comunidades, instaladas a través de la Ley 160 de 1994[1]. El objetivo de estos territorios es proveer tierra para que la población campesina desarrolle sus propios modelos económicos, que promuevan la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible, desafiando al modelo económico basado en la extracción de recursos naturales y la explotación de la tierra a gran escala a través de agroindustrias.
La Agencia Nacional de Tierras (ANT) es la entidad encargada de autorizar las ZRC, las cuales una vez instaladas contemplan fuertes medidas de protección para el territorio, que impiden que sean otorgados títulos de propiedad para actividades mineras o propiedad privada. Entre un 70 y 80% de los productos alimenticios que se encuentran en las grandes ciudades de Colombia, son producidos por la economía campesina[2], lo que demuestra la importancia de salvaguardar el campo colombiano y proteger los modelos de producción campesinos.
[caption id="attachment_10020" align="alignnone" width="1200"] El objetivo de las Zonas de Reserva Campesina es proveer tierra para que la población campesina desarrolle sus propios modelos económicos. Foto: Florian Zeidler[/caption]
“El Estado debe invertir en la ZRC porque [la población al interior de la zona] merece que sus derechos les sean reconocidos. ¿Qué derechos? El derecho a la vida, el derecho a la tierra, el derecho a una vivienda, salud y educación, el derecho a la libertad de expresión y el derecho a tener acceso al mercado y a la inversión como campesinos.” Oscar Duque, miembro fundador de la Acvc[3].
[caption id="attachment_10021" align="alignnone" width="1200"] “El Estado debe invertir en la Zona de Reserva Campesina porque la población merece que sus derechos les sean reconocidos”. Oscar Duque, miembro fundador de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra. Foto: Caldwell Manners/Ecap[/caption]
Las ZRC tienden a crearse en áreas que han sido particularmente afectadas por el conflicto armado, lo que a menudo implica que la población que habita las ZRC son víctimas. Por ejemplo, se han cometido 16 ejecuciones extrajudiciales en la ZRC del Valle del Río Cimitarra y la mayoría de la población es víctima de desplazamiento forzado[6]. A menudo, estas tierras se ven también afectadas por años de fuerte fumigación en el intento de erradicar cultivos de coca[7]. Esto ha tenido un enorme efecto perjudicial en la tierra, lo que ha llevado a los campesinos a utilizar fertilizantes con el fin de producir cultivos que antes hubieran prosperado en tierra fértil[8]. También es preocupante ver la pérdida de semillas nativas y el aumento en el uso de semillas transgénicas, vendidas por las mismas agroindustrias que luego venden a los campesinos los fertilizantes para el crecimiento de sus cultivos[9]. Sin embargo, a pesar de las dificultades debemos reconocer que las ZRC desafían el modelo de producción de alimentos dominante y con asistencia técnica y con una infraestructura rural mejorada, podrían demostrar ser una herramienta importante en la protección del territorio y la generación de soberanía alimentaria y un modelo sostenible. La simple creación de una ZRC requiere que el movimiento campesino sea organizado y articulado, con el fin de abogar por la importancia de estas áreas, para la preservación de sus formas de vida tradicionales y el cumplimiento de su derecho a la autodeterminación. En este sentido, son un ejemplo de resistencia territorial que promueve la soberanía alimentaria y el desarrollo sostenible del campo.
Los objetivos principales de las ZRC:
- Contener la expansión de la frontera agrícola (es decir, entre la tierra dedicada para la producción agrícola y la que se conserva en su estado natural).
- Corregir la concentración inequitativa de la propiedad de la tierra;
- Crear condiciones para el fortalecimiento y el desarrollo sostenible de la economía campesina;
- Regular el uso y tenencia de la tierra, otorgando una distribución preferencial a los campesinos de escasos recursos;
- Establecer un modelo exhaustivo para el desarrollo sostenible;
- Proteger la economía campesina y su seguridad alimentaria.
La Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra tiene una extensión de 550 mil hectáreas, 370 mil de las cuales son Reserva Forestal.
Las ZRC tienden a crearse en áreas que han sido particularmente afectadas por el conflicto armado, lo que a menudo implica que la población que habita las ZRC son víctimas. Por ejemplo, se han cometido 16 ejecuciones extrajudiciales en la ZRC del Valle del Río Cimitarra y la mayoría de la población es víctima de desplazamiento forzado[6]. A menudo, estas tierras se ven también afectadas por años de fuerte fumigación en el intento de erradicar cultivos de coca[7]. Esto ha tenido un enorme efecto perjudicial en la tierra, lo que ha llevado a los campesinos a utilizar fertilizantes con el fin de producir cultivos que antes hubieran prosperado en tierra fértil[8]. También es preocupante ver la pérdida de semillas nativas y el aumento en el uso de semillas transgénicas, vendidas por las mismas agroindustrias que luego venden a los campesinos los fertilizantes para el crecimiento de sus cultivos[9]. Sin embargo, a pesar de las dificultades debemos reconocer que las ZRC desafían el modelo de producción de alimentos dominante y con asistencia técnica y con una infraestructura rural mejorada, podrían demostrar ser una herramienta importante en la protección del territorio y la generación de soberanía alimentaria y un modelo sostenible. La simple creación de una ZRC requiere que el movimiento campesino sea organizado y articulado, con el fin de abogar por la importancia de estas áreas, para la preservación de sus formas de vida tradicionales y el cumplimiento de su derecho a la autodeterminación. En este sentido, son un ejemplo de resistencia territorial que promueve la soberanía alimentaria y el desarrollo sostenible del campo.
Notas de pie:
[1] Secretaría Senado: Ley 160 / 1994 [2] PBI Colombia: El fortalecimiento de la economía campesina: una apuesta de la Zona de Reserva Campesina, 21 de octubre de 2015 [3] Conap: Ponencia en el Encuentro por la Paz: ACVC, una experiencia de organización, movilización y resistencia en el territorio, 15 de agosto de 2011 [4] Jaskiran Chohan: Charla sobre Cumplimiento y Resistencia al Régimen Global de Alimentos en Colombia: Zonas de Reserva Campesina como propuestas para la soberanía alimentaria, 9 de octubre de 2017 [5] Revista Claves 21: Colombia: desafíos de la soberanía alimentaria, 22 de noviembre de 2016 [6] PBI Colombia: Acvc [7] El Espectador: Fumigar con glifosato, un desastre social y ambiental, 12 abril de 2015 [8] Óp. Cit., Jaskiran Chohan [9] Grain, Las leyes de semillas aniquilan la soberanía y autonomía alimentaria de los pueblos, 14 de julio de 2010*Foto de portada: Florian Zeidler