La desaparición forzada es un crimen internacional, una violación a los derechos humanos, una tragedia sin fin, un dolor permanente. Un familiar de una persona desaparecida siempre contará los días exactos desde la ausencia de su ser querido, y cada día se imagina lo posible y lo imposible, sueña si estará vivo o viva, se preguntará si su ser querido está bien o si tiene comida, como comenta una madre buscadora, pero también se imagina cada día una posible muerte distinta. La desaparición forzada es una tortura psicológica y una tragedia, porque hasta no encontrar a las personas desaparecidas habrá dudas, preguntas, remordimientos, y siempre mucha esperanza. “¿Qué pasó? ¿Dónde están?” preguntas que llevan con sus retratos, con las historias que las acompañan de quienes eran, de lo que les gustaba y de esa ultima vez que les vieron con vida.
[caption id="attachment_11209" align="alignnone" width="1200"] Acto de Reconocimiento a las mujeres buscadoras #ReconocemosSuBúsqueda organizado por la UBPD y la Comisión de la Verdad, Pasto 28 de agosto 209[/caption]
El Acuerdo de Paz brindó una gran esperanza a los familiares de las personas dadas por desaparecidas cuando creó la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por desaparecidas (UBDP).
La desaparición forzada en Colombia ha sido invisibilizada, pero las cifras son escalofriantes: desde el registro de Omaira Montoya como persona desaparecida en el 1977[1], 82.998 personas[2] han sido desaparecidas forzadamente, a estas se suman las desapariciones en los casos de ejecución extrajudicial, también conocidas como “falsos positivos”, y los secuestros. Esta semana, del 26 al 28 de agosto se realizó un acto de reconocimiento por las mujeres y familiares buscadoras -como se han comenzado a nombrar a las mujeres que buscan a sus familiares. Este acto fue realizado en el marco del evento “Encuentros por la Verdad”, organizado por la Comisión de la Verdad y la UBPD. Allí, más de 400 mujeres y familiares de diferentes territorios del país se encontraron, mujeres que tuvieron que salir al exilio y organizaciones de víctimas. Juntos en este evento para compartir experiencias, intercambiar y sobre todo visibilizar esta tragedia que muchas veces ha sido invisibilizada. Allí pudimos escuchar testimonios de personas que llevan hasta más de 40 años buscando y que comentaron cómo la desaparición forzada ha sido utilizada como estrategia del terror en contra de las personas que buscaba la verdad, la justicia o solo porque pensaban diferente.
Yanette Bautista estuvo presente, su hermana, Nydia Erika fue desaparecida hoy hace 32 años. Nydia Erika fue militante del M19, pero como dice su hermana Yanette, “si ella había cometido un delito, esperábamos que fuera detenida y llevada a un juez que la juzgará respetando el debido proceso, pero no que fuera secuestrada, torturada y desaparecida”[3]. Desde el día uno, ella y su padre salieron a las calles con su foto a buscarla. Encontraron sus restos tres años después, gracias a las confesiones de un suboficial del Ejercito[4], y luego empezó un largo camino hacía la búsqueda de verdad y justicia. En 1995, por primera vez un Procurador Delegado para Derechos Humanos, Hernando Valencia, falló en contra de cuatro suboficiales y fueron destituidos de la Brigada XX por su implicación en la desaparición forzada de Nydia Erika, y por lo cual ese Procurador Delegado tuvo que exiliarse del país por las amenazas y señalamientos que siguieron[5].
[caption id="attachment_11210" align="alignnone" width="1200"] El Comisionado de la Verdad, Alejandro Valencia (hermano de Hernando Valencia) junto con Yanette Bautista y Carlos Beristain[/caption]
Posteriormente, la familia de Yanette y Nydia Erika también salieron al exilio debido a las amenazas y repercusiones del trabajo por la búsqueda de justicia y verdad. Ellos volvieron hace diez años y siguen buscando justicia y verdad tras la ausencia de respuesta de la Corte Suprema de Justicia frente al Recurso Extraordinario de Revisión presentado el 30 de agosto de 2014. Además, acompañan a más de 300 familias que han sido también víctimas de desaparición forzada en el país a través de la Fundación Nydia Erika Bautista.
[caption id="attachment_11222" align="alignnone" width="1200"] Yanette Bautista[/caption]
En este acto de reconocimiento, también se compartió acerca de los diferentes impactos que tiene la desaparición forzada sobre las familias: los impactos psicológicos de imaginar cotidianamente de lo que pudo haber ocurrido, la búsqueda incesante sin saber muy bien por dónde ir, la culpa que sienten los sobrevivientes, los impactos en la salud con la depresión, los trastornos de sueño, el dolor matizado a través de enfermedades, entre otros muchos. Los impactos en las relaciones familiares, ya que los miembros de las familias no siempre están de acuerdo con realizar la búsqueda, y se hacen señalamientos entre sí. Eso, sin contar con las complicaciones económicas que esto puede generar a hogares que muchas veces son liderados por mujeres y que ya no logran sostener a su familia como antes, se enfrentan a discriminaciones basadas en el género, así como obstáculos administrativos como el congelamiento de cuentas bancarias y bienes porque oficialmente los desaparecidos no aparecen oficialmente, “ni vivos, ni muertos”. Los impactos a nivel emocional, al ver sus sueños y proyectos de vida rotos. A nivel del tejido social las personas buscadoras están siendo constantemente estigmatizadas en su entorno, y reciben poco apoyo debido al miedo que generan las amenazas que reciben.
Muchas personas buscadoras también han sido desaparecidas, como el caso de Ángel Quintero y Claudia Monsalve, miembros de la Asociación de Familiares de Víctimas de Desaparición Forzada (ASFADDES) de la seccional de Medellín. Ambos habían sufrido el impacto de la guerra y del activísimo político en carne propia, desplazamiento forzado y familiares desaparecidos. La última vez que les vieron con vida fue el 6 de octubre del 2000, cuando después de un encuentro de ASFADDES Ángel decidió acompañar a Claudia a su casa, y dos hombres en motocicleta les interceptaron y obligaron a subir a una camioneta[6]. Este hecho ha marcado profundamente la historia de PBI, pues estaban siendo acompañados por nuestra organización en el momento de su desaparición. Posteriormente acompañamos a sus familiares en su búsqueda, pero aún no hay respuestas, y no han sido encontrados. La familia de Ángel tuvo que exiliarse por las amenazas, y en este encuentro estuvo presente Adriana, su hija, quien compartió su experiencia desde el exilio, expuso los impactos de ese dolor, pero también expresó como seguirán buscándolo hasta encontrarlo y hasta que sepan la verdad sobre su desparición.
[caption id="attachment_11212" align="alignnone" width="1078"] Adriana Quintero, junto con Fidel y Carlos quienes integraban el equipo de MEdellín de PBI Colombia en el momento de la desaparición forzada de su padre, el 6 de octubre 2000[/caption]
Como comentó un Comisionado de la verdad, el dolor de la desaparición puede convertirse en el motor para el esclarecimiento de la verdad, “el amor por el ser querido se puede convertir en una conciencia por los derechos humanos”. Las mujeres buscadoras, familiares de personas dadas por desaparecidas, se unen y no se cansan de gritar “vivos se los llevaron, vivos los queremos y las queremos”, defienden su derecho a saber, defienden el Acuerdo de Paz y sus mecanismos de justicia transicional para poder finalmente “vivir en respeto y dignidad con igualdad” como comentaron. Luchan contra el silencio, porque como también destacaron, les ha dolido sobremanera el silencio y la indiferencia de la sociedad colombiana frente a esta tragedia. Colombia es el país con el mayor número de personas dadas por desaparecidas, entre 80.000 y 120.000 personas han sufrido esta violación a los derechos humanos. Y sus familias todavía tienen que luchar para que se reconozca la existencia de esta estrategia del terror que les quebró la vida. En esta semana de reconocimiento a las mujeres y familiares buscadoras, una semana para recordar a todas las víctimas de desaparición forzada al nivel mundial, se publicó la noticia de que la Fiscalía no reconoce que hubo personas desaparecidas en el caso de la Toma del Palacio de Justicia en noviembre del 1985[7], a pesar de la condena del Estado por parte de la CIDH sobre estas desapariciones. Un nuevo mensaje que revictimiza y duele a las víctimas que llevan más de 30 años luchando por el esclarecimiento de la verdad sobre estos hechos.
[caption id="attachment_11211" align="alignnone" width="1200"] Acto de reconocimiento a las Mujeres Buscadoras #ReconocemosSuBúsqueda Acto final, con el discurso de Francisco De Roux, Comisión de la Verdad[/caption]
A la hora de recordar el día internacional de las personas víctimas de desapariciones forzadas, es importante reconocer ese dolor, esa lucha para la búsqueda, y apoyar a las víctimas y sus familiares a alcanzar la verdad, el reconocimiento y la dignificación.
[caption id="attachment_11218" align="alignnone" width="1260"] Yanette Bautista con Jennifer y Majo de la escuela de liderazgo de la Fundación Nydia Erika Bautista[/caption]
Nathalie Bienfait y Sophie Helle