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Sentir para contarlo

“Caminar hacía un horizonte de justicia y paz”

Recordar es vivir, dicen. Las conmemoraciones son importantes, unas nos recuerdan momentos dolorosos y otros momentos más alegres, pero siempre nos permiten detenernos un momento y mirar atrás, mirar todo el camino que se hizo, todo lo que se aprendió y se construyó.  Esta semana, la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (Cijp) conmemora su fundación hace 30 años y todo el camino realizado acompañando a víctimas y comunidades en diferentes regiones del país desde entonces.

Hoy sepultaron al líder de tierras, Mario Castaño

La gente llegó con globos blancos que tenían mensajes escritos como "no te olvidaremos", "en paz descansa", "paz", y su nombre. El día era nublado y llovía mientras caminábamos hacia la iglesia y luego al cementerio. Muchos  líderes asistieron al entierro, y nueve vehículos de la Unidad Nacional de Protección siguieron a la gente y a una buseta que llevaba a Mario.

“Ustedes son la nueva generación que merece la paz”

La pequeña sala luminosa de paredes blancas está repleta con unos cien estudiantes, algunos sentados en el piso por falta de espacio. No todos lograron entrar para escuchar la ponencia del defensor de derechos humanos, David Ravelo: “Garantizar la vida de líderes sociales, un reto para la paz”. Estamos en la Universidad de los Andes, una de las más prestigiosas de Colombia.

Cuerpos que narran resistencia

Tres de junio del dos mil. Veintiséis de mayo de dos mil uno. Veinticinco de octubre de dos mil dos. Ocho de enero de dos mil ocho. Nueve de diciembre de dos mil diez…
Luz Marina Bernal, Doña Blanca y Luz Elena Galeano rememoran fechas que llevan grabadas en sus entrañas. Son días y meses de años pasados que el azar o la causalidad del conflicto colombiano les puso delante para no olvidarlas. Fechas en las que hombres armados decidieron, sin pensárselo, convertirlas en víctimas y engrosar la larga lista de personas que aún hoy buscan a sus muertos.

“Uno debe nuevamente aprender a estar en libertad”, David Ravelo

El día que David Ravelo recuperó la libertad, su familia, la gente de su ciudad natal, Barrancabermeja, y periodistas lo recibieron con gritos de afecto y solidaridad. Para David fue una emoción muy grande. Desde entonces ha pasado un mes, un mes de recorrer libre las calles de Barrancabermeja y perderse en ellas porque en estos casi siete años de su ausencia la ciudad ha crecido urbanísticamente. David ha descubierto el whatsapp y aún sigue maravillado cada vez que le llega una foto recién tomada a su nuevo smartphone.

Nos vemos en libertad

“¡Si está sentada, levántese porque me dieron la libertad!”. Así le anunciaba por teléfono el economista y defensor de derechos humanos, David Ravelo Crespo, a su mujer que le habían concedido la libertad condicionada tras casi siete años en la cárcel[1]. La forma de anunciarlo contrarrestaba con la que le dio cuando le encarcelaron: “si está de pie, siéntese porque me han detenido”. Entre una y otra llamada han pasado muchos años y ahora, tanto el mensaje como el ánimo del mensajero han cambiado de forma y de fondo.

El edicto popular de las mujeres

Son mayores, jóvenes, muy jóvenes, niñas, mamás, estudiantes, artistas, bailarinas, defensoras de derechos humanos, con experiencia y sin ella, altas, bajas, gordas, flacas, solteras, casadas, divorciadas, enamoradas... Son todas las que hacen Barrancabermeja y en su Día Internacional se reúnen para celebrarlo y exigir cambios. Empiezan por la historia, los orígenes, el porqué de esta cita. Y entendiendo el pasado, el presente coge forma. Se paran, descansan; toman aire, se impulsan. Miran al frente y, con ímpetu, proponen nuevos moldes para lo que viene. Exigen y denuncian. Y, or

2.252

“Cada poema y cuento es un puerto donde he transitado, es un árbol que me ha oxigenado, es un faro que me alumbra la senda por donde sigo avanzando”. La voz de David Ravelo es fuerte y optimista a pesar de que son ya 2.252 días los que lleva encarcelado.