“Crecí en el medio de la violencia y el desplazamiento forzado en la cuenca de Curbaradó. Esa memoria que llevo, que ha sido violenta, me ha levantado e impulsado a ser un defensor de derechos humanos, para defender a las comunidades y que puedan recuperar lo que es de ellas. En este caso, hablo del territorio. Todo lo que hemos tenido que vivir es lo que me inspira y anima para defender los derechos humanos de las comunidades y la memoria. Los Derechos Humanos representan para mí, la vida, la dignidad, la libertad, representan la tranquilidad; pero el derecho primordial es el derecho al territorio, el derecho a tener una vida digna y también los derechos fundamentales como el derecho a la educación y a la salud.
Nosotros, los defensores de derechos humanos seguimos siendo amenazados, atacados porque no estamos en cualquier lugar, estamos en lugares estratégicos: donde empresarios, donde personas terceras tienen intereses. En ciertos territorios, desarrollan megaproyectos, quieren desarrollar ganadería extensiva y muchos otros proyectos como son la explotación de minerales, de oro, de petróleo. Allí nosotros luchamos para que se respete el territorio y la vida de las comunidades frente a estos intereses. Y el defensor, no se atiene a que lo amenacen, a que se deje quitar sus pertenencias, sus propiedades y dejarlo libre para otro, el defensor de derechos humanos mantiene la dignidad y la sostiene hasta el final y si le toca dar la vida pues la da, pero diciendo la verdad.
Todos deberíamos apoyar a los defensores y las defensoras de derechos humanos, porque todos tenemos derechos, el que no tiene tierra tiene una vivienda, el que no tiene una vivienda tiene un hijo, ese hijo tiene derecho a la educación. Entonces apoyarles es apoyarse a ellos mismos también.”
José Francisco Álvarez es un joven líder de la Zona Humanitaria Las Camelias en el Territorio Colectivo de Curbaradó (Chocó). Desde muy joven tomó el liderazgo en su territorio para la defensa de las comunidades y el derecho a la tierra. También lucha para el derecho a la educación de las comunidades rurales que no pueden acceder a la escuela por diferentes razones e impulsa la iniciativa de la creación de una Universidad por la paz en el territorio del Bajo Atrato. Con otros jóvenes de la Zona Humanitaria crearon un grupo de rap, Los Resistentes, con quienes cuenta la historia que vivieron en el marco del desplazamiento forzado causado por la Operación Septiembre Negro en 1996[1]. En 2016, la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz produjo un álbum de varias canciones de las diferentes comunidades donde se encuentra también la canción de Los Resistentes[2]. La pueden escuchar acá con el acuerdo de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz:
[audio src="https://pbicolombiablog.org/wp-content/uploads/2018/09/Los-resistentes.wav"][/audio]
Foto: En julio de 2016, estuvo con la delegación de líderes y lideresas de Curbaradó y la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, quienes se reunieron con el enviado especial de la UE para el proceso de paz, Eamon Gilmore, la embajadora de la UE en Colombia y representantes de las embajadas de Francia, Suecia y España y la agencia de cooperación española en Urabá, para hablar del riesgo de personas defensoras de derechos humanos y reclamantes de tierra en Curbaradó y en la región de Urabá.
PBI Colombia