La Asociación para la Investigación y Acción Social (Nomadesc) está realizando un trabajo de investigación sobre la represa hidroeléctrica de La Salvajina y los impactos socioeconómicos y ambientales de la misma.
Esta represa está ubicada en el suroccidente de Colombia, en el noroccidente del departamento del Cauca, en los municipios de Morales, Suárez y Buenos Aires. Fue construida sobre el río Cauca en los años 80. Según el estudio de Érika González, inundó una superficie de 2.124 hectáreas afectando a territorios de comunidades afrodescendientes, indígenas y campesinas[1].
La historia de la represa de La Salvajina es ambivalente. Por un lado, fue construida para generar electricidad y mitigar inundaciones y sequías en el valle del río Cauca. Por otro lado, generó graves afectaciones para las comunidades que habitaban allí, entre ellas el desplazamiento, la inseguridad, una movilización limitada y la pérdida de control sobre los territorios por parte de sus pobladores[2]. Las comunidades de los resguardos indígenas Honduras (municipio de Morales) y Cerro Tijeras (municipio de Suárez), ubicadas en la zona de influencia de la obra hidroeléctrica, han sido algunas de las afectadas por la construcción de ésta. Una investigación de Nomadesc del año 2003 sobre las afectaciones de la represa detalló 125 daños humanos y ambientales[3].
“Las comunidades vivían de la pesca y de la biodiversidad. Todo se acabó por la inundación. (…) Es realmente una salvajada lo que hicieron con la naturaleza y con las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas que habitan esta región”, comenta Berenice Celeita (Nomadesc).
En 2014, la Corte Constitucional falló la sentencia T/462A a favor de las comunidades, concediéndoles el derecho a la consulta previa, libre e informada, a la libertad de circulación, a la salud y a la educación, y obligando al gobierno nacional y departamental, así como a la empresa que gestiona La Salvajina, a implementar las medidas para paliar los impactos socioecológicos que generó este proyecto[4].
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En 2015, estas disposiciones aún no habían sido cumplidas por la empresa y, el 11 de octubre del mismo año, fue asesinado un indígena mayor de Cerro Tijeras. Su hijo, el líder Eider Flor, alzaba la voz para reclamar el cumplimiento de dicha sentencia, lo que lo llevó a él y su familia sufrir amenzas[5].
En Suárez, culminó la consulta previa en la comunidad indígena Cerro Tijeras sobre el Plan Ambiental y Social. Las instituciones y la Empresa de Energía del Pacífico, en noviembre de 2016, acordaron con los habitantes del sector, la instalación de un vivero, proyectos productivos, mejoramiento vial y movilidad fluvial en el Embalse La Salvajina[6].
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Notas de pie:
[1] Érika González: Impacto sobre el medioambiente en el suroccidente de Colombia. En: Bajo el Foco – Unión Fenosa: Los impactos de la multinacional eléctrica en Colombia. Observatorio de Multinacionales en América Latina y Paz con Dignidad, febrero de 2008 [2] El Espectador: Brisas: un ejemplo de resistencia en las comunidades negras del Cauca, 2 de septiembre de 2016; Blog Represa Salvajina: Problematicas de la Represa la Salvajina: Consecuencias, novimebre de 2010 [3] Entrevista a Berenice Celeita, mayo de 2011 [4] Omal: Colombia: Corte Constitucional reconoce los impactos del embalse de Salvajina, 4 de noviembre de 2014 [5] Business & Human Rights Resource Centre: Colombia: Campaña por comunidad amenazada por denunciar incumplimiento de sentencia judicial contra Epsa en la represa La Salvajina; un indígena asesinado, 28 de octubre de 2015 [6] Ovidiohoyos: En Suárez: Adelantaron consulta previa, 28 de noviembre e 2016
Foto: Nomadesc