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Comunidades Afrodescendientes

“¡Vamos a sacar al Naya adelante!”

En la Concepción los niños están hechos de otra pasta, como se suele decir: corren sin zapatillas, saltan sobre un río lleno de vida y trepan a los árboles para coger pequeñas goyavas verdes que mastican arriesgando los dientes. Estar entre ellos puede reconectarte casi instantáneamente con algo que quizás ya hayamos perdido todas nosotras y nosotros, algo cuyo valor es realmente incalculable. Quizás parezca que estamos haciendo un dibujo, una caricatura que peque de cierto romanticismo del que históricamente se ha abusado demasiado.

Resistir en las aguas del Naya

Navegar las aguas limpias del río Naya es satisfactorio para los sentidos. Una frondosa vegetación irrumpe nada más dejas el océano Pacífico para adentrarte en esta cuenca: un zigzagueante camino fluvial en cuyas orillas se salpican 64 comunidades negras, todas ellas pertenecientes al Consejo Comunitario del Naya[1].