Antes de anochecer, un pequeño grupo de hombres y mujeres se reúnen en el waffe, (puerto), de Turbo para poner velas en vasos de plástico, que sirven de improvisadas antorchas, y las reparten a los presentes, junto con unas banderas blancas con la palabra “paz” escrita. Las niñas se las colocan en sus moños, dándole un tono más pintoresco al grupo, que es cada vez más numeroso y que ya está pronto para marchar. Al caer la noche, comienza la caminata, en silencio, por las calles de Turbo, bajo las miradas curiosas de los lugareños.