Nunca más regresó
Mi hijo Héctor era carpintero. Con todos mis hijos me llevo muy bien y con él, que era el mayor, aún mejor. Me acuerdo tanto del domingo 3 de agosto de 2014, me dijo: “Mamá, he conocido a una muchacha. Estoy enamorado”. Estaba muy feliz. El día siguiente, después del trabajo, lo llamaron supuestamente dos amigos. Luego vinieron por él para que fuera a construir la fachada de una casa. A mí me dieron mala espina, pero Héctor me dijo que no pasaba nada. Era mentira. Ya tenían un plan preparado para matarlo.