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¡Que se termine este año! ¡Año viejo, vete ya! Nochevieja, nochemala, nochebuena

Diciembre 31, Comunidad de Paz de San José de Apartadó, Antioquia. ¿Quién va a bailar? ¿Quién se anima para hacer y comer natilla y buñuelos?  “Tenemos miedo, pero estamos juntos. Si hacemos natilla, tenemos natilla y miedo. Si no hacemos natilla igual tenemos miedo. Si bailamos tenemos miedo y baile. Si no bailamos, nos queda solo el miedo” manifiesta una lideresa de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó.

La oscura historia del despojo

A lo largo de más de cincuenta años de conflicto armado y muchos otros conflictos sociales, políticos y culturales, el desplazamiento interno sigue siendo una violación sistemática a los derechos humanos en el contexto colombiano. Con aproximadamente 7.7 millones de desplazados internos, Colombia es el segundo país a nivel global después de Siria (12 millones), en lo que concierne al número de víctimas de este fenómeno. Después de Colombia vienen Afganistán, 4.7 millones e Irak, 4.2 millones[1].

La tierra y la paz

Desde la firma del Acuerdo de Paz en septiembre de 2016 entre el Gobierno y las Farc-EP, ha habido una gran expectativa frente a una reforma rural y nuevas políticas para la distribución de la tierra, llegando al fondo de algunas de las causas históricas del conflicto en Colombia. El primer punto del Acuerdo de Paz menciona con detalle los planes para estimular la seguridad y la soberanía alimentaria en las áreas rurales más afectadas por el conflicto armado[1].

Mucha tierra en las manos de pocos

Inmerso en diversos conflictos sociales, económicos y culturales, que encuentran su expresión a través de toda la nación en la violencia políticamente motivada, Colombia es un país con enormes desigualdades. La riqueza y la tierra están fuertemente concentradas en las manos de una pequeña élite mientras que, al mismo tiempo, muchas partes del país se encuentran completamente abandonadas por el Estado colombiano[1].

Neoparamilitares intentan asesinar al represente legal de la Comunidad de Paz

Esta mañana, hombres armados atentaron contra el representante legal de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, Germán Graciano, según denuncian la Comunidad de Paz y el Padre Javier Giraldo quien se encuentra en el lugar. Según el comunicado de la Comunidad de Paz “un comando paramilitar llegó con la intención explícita de asesinar al representante legal[1]”. En el comunicado relatan que cuatro paramilitares aparecieron en la bodega donde comercializan el cacao y sacaron sus armas.