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Bajo Atrato

Guacamayas: “El simple hecho de mantenerse en el territorio”

En el Cerro Plateado de la cordillera occidental de Antioquia nace el río Atrato. Este río, que recorre su camino a lo largo de los departamentos del Chocó y Antioquia hasta su desembocadura en el golfo de Urabá, es uno de los ríos más abundantes de la zona, y una irrefutable fuente de vida. Aunque también es uno de los lugares más golpeados por el conflicto armado.

"So Bia Drua": Tierra Feliz de las comunidades embera

«Tierra feliz» o So Bia Drua, en lengua embera, es como las comunidades indígenas del Resguardo Humanitario Ambiental Uradá-Jiguamiandó se refieren a su territorio, ubicado en el municipio de Carmen del Darién, departamento del Chocó.

El pueblo embera en defensa de su territorio sagrado

En el Bajo Atrato, a caballo entre los departamentos de Antioquia y Chocó, el cerro “Careperro” o Jaika tuma, se erige como un lugar sagrado para el pueblo indígena embera eyabida, traducido como “habitantes de las montañas” [1].

2019: Comunidades resistentes en fuego cruzado

El río Jiguamiandó delimita la subregión del Bajo Atrato, al norte de Chocó. Allí, en la orilla del río, viven comunidades afrodescendientes e indígenas Embera que han vivido la violencia de los años 90“ y el despojo de sus tierras. En esta época, miles de personas se desplazaron de la zona mientras otras se escondieron en el bosque y resistieron de manera pacífica para proteger sus tierras.

2000: El retorno a Cacarica

En sus años más duros de conflicto armado, Colombia también tenía movimientos de resistencias y esperanzas. Después de más de tres años de vivir desplazadas en diferentes lugar, como fue el coliseo de Turbo, las comunidades del Cacarica se organizaron para retornar solicitando garantías al Estado[1]. PBI acompañó ese retorno, y marcó nuestra historia en el país[2]. Se creó la Zona Humanitaria Nueva Esperanza, la primera del país, en un punto que se llama El Limón.

Así se conmemoró el acompañamiento de PBI en Urabá

En el marco de las conmemoraciones de los 25 años de acompañamiento internacional de PBI en Colombia, se organizaron encuentros y eventos también en los territorios donde hemos acompañado. El año 1997 marca la apertura de la oficina de PBI en la región de Urabá donde se empezó a acompañar a comunidades desplazadas, y a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó.

1997: Urabá se enciende

La “Tierra Prometida” que es lo que significa el nombre de Urabá, ha estado en el corazón del conflicto armado por diferentes razones, como por su posición geoestratégica como también la riqueza de su suelo. En esta región ocupada y controlada por la guerrilla de las FARC, se dieron diferentes operaciones militares y paramilitares por la disputa y control territorial. Este conflicto armado provocó el desplazamiento de las comunidades del Bajo Atrato, donde más de 10.000 personas sufrieron del desplazamiento forzado.

La comunidad internacional se hace presente en el Bajo Atrato

“Al escuchar sus testimonios, me ha quedado muy claro que el mayor problema que ustedes tienen es el  de la tierra y el de seguridad” estas fueron las palabras del Embajador de Dinamarca, Mogens Pedersen, después de escuchar detenidamente por varias horas los testimonios de representantes de comunidades del Bajo Atrato durante una misión el 13 de junio a la Zona Humanitaria de Nueva Esperanza en la cuenca del río Jiguamiandó.

Líderes y lideresas del Bajo Atrato expresan preocupaciones ante la comunidad internacional

“Estamos viviendo en el confinamiento, los actores armados ilegales se están disputando el territorio, y las personas que denuncian o quieren denunciar se convierten en objetivos militares”, ese llamado fue de un líder de la cuenca de Curbaradó en la reunión que se realizó este viernes 29 de marzo entre personas lideresas de diferentes comunidades del Bajo Atrato y representantes de la Comunidad Internacional. En el Bajo Atrato la situación sigue tensa y la crisis humanitaria sin resolver.