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“Hay que dar la cara”

Sirly Cerpa no nació ni creció en la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, ni en San José, pero esto no es un problema para que sea una de los ocho miembros del Consejo Interno de la Comunidad. Ella es oriunda de Tierralta, (Córdoba), y tiene antepasados costeños. En Alto Joaquín, (vereda que forma parte de la CdP y que se encuentra a dos días de camino del asentamiento central de la Comunidad), la violencia paramilitar de finales de los noventa provocó el desplazamiento de la familia Cerpa hacia el área urbana. Sirly era una niña, pero recuerda bien aquellos años.

“Una, como mujer que ha sufrido y le ha puesto cara a la guerra, aprende a cómo construir paz”

Ruby es una joven que ha crecido en y con la Comunidad de Paz de San José de Apartadó. Actualmente, es miembro del Consejo Interno, el órgano que gestiona la comunidad cotidianamente. Sorprende cuando nos cuenta que no tiene más responsabilidad ahora que la que tenía antes.

“La lucha me ha hecho fuerte… me llena de vida”

Blanca Nubia Díaz lleva más de 30 años trabajando por la justicia y la verdad para las víctimas del conflicto armado en Colombia, esta lucha le ha hecho fuerte.  Conoce a PBI desde el año 2002 y siempre trae energía y alegría cuando pasa por la casa. Nació en La Guajira; su trayectoria en el trabajo por los derechos humanos fue más indirecta al inicio, porque no tenía conocimiento de los grupos armados del país, aunque sabía que había amenazas y asesinatos en su región. Empezó su carrera como enfermera y trabajó en comunidades indígenas en muchas regiones del país.

Así fue el acompañamiento internacional durante el paro nacional en Bogotá

Impresionadas: es así como hemos vuelto después de la jornada de Paro Nacional en pleno corazón de la capital colombiana. El 17 de marzo de 2016 tuvo lugar en Colombia un paro nacional con el fin de reivindicar políticas económicas más equitativas, una mayor soberanía del pueblo colombiano sobre sus recursos y una paz con justicia social en el marco de una próxima firma de los acuerdos de La Habana entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc. En esta movilización, participaron en Bogotá cerca de 15,000 personas, entre ellas, varias de nuestras organizaciones acompañadas quienes,

Los sacrificios de una lideresa, esposa y madre

Iris lleva apenas un año trabajando con la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos, (Credhos). Antes estuvo 14 años trabajando con la Asociación de Desplazados Asentados en el Municipio de Barrancabermeja, (Asodesamuba) y, también, ha participado en varias mesas regionales y nacionales de víctimas como coordinadora y vicepresidenta. Iris es víctima de desplazamiento forzado, por violencia, de la vereda La Esperanza, en el municipio de Cantagallo, (Sur de Bolívar).

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Del compromiso campesino al liderazgo político

Doña Irene Ramírez representa a una de las organizaciones campesinas más grandes en todo el país, una organización que tiene como objetivo la defensa integral de los derechos humanos para el campesinado del Magdalena Medio. Irene comenzó su trabajo con la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, (Acvc), en 2008, después de haberse involucrado en la lucha campesina desde niña. Aunque no estudió, sus padres siempre le enseñaron la importancia que tiene el campo para los colombianos y la necesidad de exigir el reconocimiento de los derechos de los campesinos, para que no tra

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Entre la selva y la ciudad

Sobre las orillas del río San Juan, junto a una espesa selva que une el Valle del Cauca con Chocó, hay un pequeño pueblo indígena wounaan nonam llamado Santa Rosa de Guayacán. Aquí, en una casa palafítica, hecha con rústicas tablas de madera y techo de zinc, (construcción característica de estas tierras ancladas en el Pacífico colombiano), nació hace 28 años Marcia Mejía Chirimía[1]. De niña pasaba el tiempo jugando con sus amigas en la quebrada; cuando creció, se enamoró y tuvo dos hijos.

“No me hice religiosa para vivir en un convento”

A Maritze Trigos no se le borra su optimismo. Es muy fácil escucharle. Cautivada, me aferro a sus palabras, al tono de su voz y a su sonrisa noble que no esconde nada. Me viene el recuerdo de aquel día que la conocí. Yo acababa de recorrer medio país para alcanzarla enTuluá, (Valle del Cauca). Eran tempranas horas de la mañana, y Maritze se escapó de casa para venir a recogerme antes de viajar juntas a Trujillo, lugar donde acompaña a un grupo de víctimas que han sobrevivido a hechos que más adelante les narraré.

“La verdad nos hará libres”

“Vamos a dar paso a algo que nos hace tremenda ilusión porque es traer hasta aquí una voz de una persona que está injustamente represaliada y que, yo creo, simboliza muy bien esa criminalización de los movimientos sociales. Yo tuve la oportunidad y el honor de estar con David Ravelo y con Uber Ballesteros en la Picota (cárcel de Bogotá), el año pasado, en la 11ª misión asturiana de verificación. Y tenemos una grabación de 5 minutos con su voz”.