Ojalá no haya más desapariciones
Es la quinta vez que vengo a Bogotá por el Día de las Víctimas de Desaparición Forzada.
Mi hija desapareció en el año 2005, en manos de los paramilitares. Desapareció a las tres de la tarde, en la cabecera municipal de La Dorada, municipio de San Miguel, en el Putumayo. Se la llevaron y hasta el momento no me la entregaron, por esa razón estoy acá, en Bogotá, para pedir justicia y verdad.