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Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

«A pesar de que hemos sufrido, hemos ganado la batalla»: Agripina Sierra

Las mujeres de la Zona Humanitaria “Nueva Esperanza” dicen desconocer los entresijos históricos del 8 de Marzo: quién decidió que ese día se celebraría el día de la mujer, por qué ese día y no otro,… Sin embargo, este día es un evento reconocido por las mujeres desde tiempo antes de que la violencia azotara, en 1997, la cuenca de Jiguamiandó, Chocó, sobre la que se levanta el caserío donde nos encontramos[1].

Bombardeos en Jiguamiandó despiertan viejos temores

No fue una noche cualquiera ese jueves 6 de diciembre en el territorio colectivo de Jiguamiandó, Chocó. Alrededor de las nueve de la noche, los habitantes de la Zona Humanitaria (ZH) “Nueva Esperanza” empezaron a escuchar unos ruidos fuertes[1] en el cielo, que trajeron malos recuerdos de los años noventa, cuando el conflicto armado estaba muy tenso y los bombardeos eran cotidianos. De repente, comienzan a llegar los aviones y empiezan los bombardeos, directamente al lado del asentamiento de la ZH “Nueva Esperanza”.

Defender el derecho de las comunidades a recuperar lo que les pertenece: su territorio

“Crecí en el medio de la violencia y el desplazamiento forzado en la cuenca de Curbaradó. Esa memoria que llevo, que ha sido violenta, me ha levantado e impulsado a ser un defensor de derechos humanos, para defender a las comunidades y que puedan recuperar lo que es de ellas. En este caso, hablo del territorio. Todo lo que hemos tenido que vivir es lo que me inspira y anima para defender los derechos humanos de las comunidades y la memoria.

“¡Vamos a sacar al Naya adelante!”

En la Concepción los niños están hechos de otra pasta, como se suele decir: corren sin zapatillas, saltan sobre un río lleno de vida y trepan a los árboles para coger pequeñas goyavas verdes que mastican arriesgando los dientes. Estar entre ellos puede reconectarte casi instantáneamente con algo que quizás ya hayamos perdido todas nosotras y nosotros, algo cuyo valor es realmente incalculable. Quizás parezca que estamos haciendo un dibujo, una caricatura que peque de cierto romanticismo del que históricamente se ha abusado demasiado.

Resistir en las aguas del Naya

Navegar las aguas limpias del río Naya es satisfactorio para los sentidos. Una frondosa vegetación irrumpe nada más dejas el océano Pacífico para adentrarte en esta cuenca: un zigzagueante camino fluvial en cuyas orillas se salpican 64 comunidades negras, todas ellas pertenecientes al Consejo Comunitario del Naya[1].

“Caminar hacía un horizonte de justicia y paz”

Recordar es vivir, dicen. Las conmemoraciones son importantes, unas nos recuerdan momentos dolorosos y otros momentos más alegres, pero siempre nos permiten detenernos un momento y mirar atrás, mirar todo el camino que se hizo, todo lo que se aprendió y se construyó.  Esta semana, la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (Cijp) conmemora su fundación hace 30 años y todo el camino realizado acompañando a víctimas y comunidades en diferentes regiones del país desde entonces.

¿Por qué matan a los líderes antes de Navidad?

Dagoberto viajó dos días desde su hogar en el río San Juan hasta el Urabá. Es la primera vez que visita estas tierras. Viste una camiseta negra marca Adidas y al sonreír revela sus dientes grandes y chuecos, y de buen humor dice “Y lo que nos falta por recorrer”.